Читать книгу ¿Podemos adelantar la Segunda Venida? - Marcos Blanco - Страница 24
Conclusión
ОглавлениеEn su postura acerca de la demora de la Segunda Venida, Douglass parece tener el presupuesto bíblico de la providencia divina como trasfondo, sobre todo a la hora de elaborar el concepto de la condicionalidad de la profecía, aceptando que Dios lleva a cabo sus planes históricamente, dentro de la contingencia y el riesgo que caracterizan la historia humana. No obstante, tener el presupuesto bíblico de la providencia divina como horizonte no supone que haya elaborado su posición acerca de la demora a partir de este presupuesto.
Su visión monocondicional de la providencia divina, en la que el único elemento determinante de la Segunda Venida es el estado de perfección del pueblo de Dios, pareciera haber causado una desatención de otros aspectos, como la actividad providencial directa de Dios, relacionada específicamente con sus juicios. Esto se debe a que parece no haber construido su posición acerca de la demora a partir de los presupuestos bíblicos de la providencia divina –además de otros presupuestos necesarios para esta tarea–, sino que llega a la escatología a partir de sus presupuestos cristológicos, antropológicos y soteriológicos.
Después de haber analizado brevemente la posición que se enfoca en la actividad humana como factor primordial para explicar la demora de la Segunda Venida, al igual que la posibilidad de acelerarla, nos concentraremos en la posición opuesta, que enfatiza la actividad divina como único factor desencadenante y determinante de la parusía.
8 Robert W. Schwarz, Light Bearers to the Remnant (Mountain View, California: Pacific Press, 2000), p. 95.
9 Richard P. Lehmann, “The Second Coming of Jesus”, en Handbook of Seventh-Day Adventist Theology, ed. Raoul Dederen (Hagerstown, MD: Review and Herald Pub. Assn, 2000), p. 1.003.
10 Ver Jerry Moon, “‘How Long, O Lord?’ Wrestling with the timing of the Advent”, Adventist Review (29 de marzo de 2001), pp. 29-31; Carlos A. Steger, “La ‘demora’ de la Segunda Venida”, Logos 3, n°4 (1999-2000), pp. 10-15.
11 Herbert E. Douglass, “Men of Faith–The Showcase of God’s Grace”, en Perfection: The Impossible Possibility (Nashville, Tennessee: Southern Publishing Association, 1975), p. 20.
12 “Debido a que un inminente retorno de Jesús es el dinamismo histórico del Adventismo, y ya que la Venida ahora ha sido demorada por más de un siglo, ¡los Adventistas tienen un problema que desafía la misma razón para su existencia! El Dr. Douglass enfrenta este problema y provee soluciones lógicas y bíblicas” (W. B. Quigley, “Recommended Reading”, Ministry [febrero de 1980], p. 32). Es más, si bien con algunos matices, dos de los evangelistas más renombrados de la Iglesia Adventista mantienen la posición de Douglass: ver Mark Finley, “Divine Love, the Delay of the Advent and the Mission of the Church”, Journal of the Adventist Theological of the Society 4, N° 2 (otoño de 1993) y Doug Batchelor, “Dealing with Delay”, Adventist Affirm 9, N° 2 (otoño de 1993).
13 Branson señala que la posición de Douglass podría ser categorizada como una “respuesta moral”, ya que su enfoque, tal como Douglass lo acepta, se basa en la perfección del carácter cristiano como una de las condiciones para que se produzca la parusía (Branson, Pilgrimage of Hope [Takoma Park, Maryland: Assciaation of Adventist Forum,1986], p. 12).
14 Douglass, ibíd, p. 20.
15 Elena de White, Palabras de vida del gran Maestro (Mountain View, California: Publicaciones Interamericanas, 1971), p. 69.
16 Gallagher también tiene esta postura. Este autor considera que, de alguna manera, el hombre no puede acelerar la Segunda Venida –esto haría que el hombre tenga alguna participación activa en este evento–, pero sí puede demorarla –aunque Gallagher se niegue a utilizar este término–, con su respuesta al llamado de Dios: “La incredulidad es la única respuesta bíblica a la ‘demora’ del regreso de Cristo” (Jonathan Gallagher, “The delay of the Advent”, Ministry [junio de 1981], p.6).
17 Ver también: el capítulo “When Jesus Almost Came” de Lewis R. Walton, Advent!: World Events at the End of Time (Washington, DC: Review and Herald, 1986), pp. 49-66.
18 Douglass, ibíd, p. 30.
19 Douglass, Faith: Saying Yes to God (Nashville, Tennessee: Southern Publishing Association, 1978), p. 89.
20 Eric Claude Webster, Crosscurrents in Adventist Christology (Berrien Springs, Michigan: Andrews University Press, 1992), pp. 350, 351.
21 “Douglass encontr´´ó que la humanidad de Jesús es la llave que puede abrir las puertas de todo el edificio teológico” (Webster, ibíd., p. 427).
22 Woodrow Whidden sostiene que lo que se ha dado en llamar la “Teología de la Última Generación” se desarrolló a partir de la teología del pastor reformado Edward Irving (1792-1834), que luego hizo su entrada en el Movimiento Adventista a través de E. J. Waggoner. Pero, quien finalmente le dio forma a esta teología fue M. L. Andreasen, en su ahora bien conocido libro El Santuario y su servicio (1937). Andreasen sostenía que el pueblo de Dios sería una demostración al Universo de que se pueden guardar los Diez Mandamientos, y que la expiación de Cristo no fue finalizada en la Cruz, sino que será finalizada cuando la última generación demuestre que puede vivir una vida de perfecta obediencia. Para esto, véase Woodrow Whidden, “What is Last Generation Theology?”, en Jiří Moskala y John Peckham, God’s Character and the Last Generation (Nampa, ID: Pacific Press, 2018), pp. 23-43. Herbert Douglass sencillamente aplicó estos conceptos teológicos a su comprensión de los eventos del fin y, específicamente, al asunto de la demora de la Segunda Venida. Whidden afirma que los dos teólogos modernos “más influyentes” que continuaron con las ideas de Andreasen son “Herbert E. Douglass y C. Mervyn Maxwell” (p. 36).
23 Douglass, The End: Unique voice for Adventists About the Return of Jesus (Mountain View, California: Pacific Press, 1979), p. 65.
24 White, Palabras de vida del gran Maestro, p. 69.
25 Webster, Crosscurrents in Adventist Christology, pp. 350, 351.
26 Hans K. LaRondelle, Perfection and Perfectionism: A Dogmatic-Ethical Study of Biblical Perfection and Phenomenal Perfectionism, Andrews Universtity Monographs, vol. 3 (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 1971); Norman R. Gulley, Christ Our Substitute (Washington, DC: Review and Herald, 1982); “Model or Substitute? Does it Matter How We See Jesus?”, serie de seis artículos en la Adventist Review, 18 de enero de 1990, pp. 8-10; 25 de enero de 1990, pp. 12-14; 1° de febrero de 1990, pp. 19, 21, 22; 8 de febrero de 1990, pp. 16-18; 22 de febrero de 1990, pp. 8-10; Edward Heppenstall, Salvation Unlimited: Perspectives in Righteousness by Faith (Washington, DC: Review and Herald, 1974); Heppenstall, The Man Who is God: A Study of the Person and Nature of Jesus, Son of God and Son of Man (Washington, DC: Review and Herald, 1977); John Peckham, “The Triumph of God’s Love”, en Jiří Moskala y John Peckham, God’s Character and the Last Generation (Nampa, ID: Pacific Press, 2018), pp. 271-286.
27 Dado que Douglass enmarca su escatología en el contexto de la Teología de la Última Generación, parece caer en varios de los desequilibrios teológicos de este movimiento a la hora de elaborar su concepto acerca de la demora de la Segunda Venida. Acerca de estos problemas teológicos que presenta la Teología de la Última Generación, ver Jiří Moskala, “The Significance, Meaning, and Role of Christ’s Atonement”, en Jiří Moskala y John Peckham, ibíd, pp. 195-203.
28 Branson, Pilgrimage of Hope, p. 12.
29 Herbert Douglass, Why Jesus Waits (Washington, DC: Review and Herald Publishing Association, 1976), p. 45.
30 Ver Quintin Betteridge, “A Critical Appraisal of the Hermeneutical Horizon of M. L. Andreasen’s Postlapsarian Christology” (Tesis de Maestría, Newbold College, 2018), p. 16.
31 Douglass, Faith: Saying Yes to God, p. 89.
32 Raúl Kerbs, “Observaciones epistemológicas e históricas preliminares sobre la relación fe–razón desde una perspectiva cristiana adventista”, Enfoques, N° 4 (1994), pp. 38-48.