Читать книгу Biblioteca Studio Ghibli: El viaje de Chihiro - Marta García Villar - Страница 25
CAPÍTULO 3 登場人物 LOS PERSONAJES
ОглавлениеEl plantel de personajes de El viaje de Chihiro es uno de los principales aspectos de éxito y encanto de esta película, perfilados en matices y con una intensa interrelación con el mundo que les rodea y les hace evolucionar. En las obras de Studio Ghibli es frecuente y característico que los personajes muestren una vitalidad casi palpable, que expresen un derroche de sentimientos con todo lujo de detalles, que las expresiones sean vivas, los movimientos tengan un realismo milimétrico y los héroes evidencien gran fortaleza, algo que se heredó de Yasuo Ōtsuka, uno de los principales mentores de Hayao Miyazaki durante su juventud. Si bien su diseño físico no suele variar con demasiado detalle a lo largo de su filmografía, el retrato interno es siempre distintivo y firmemente evocador de los distintos estados de ánimo y emociones individuales.
Para trabajar en el desarrollo de los personajes, el director lleva a cabo un proceso lento y repetitivo por el que empatiza con ellos:
«Los personajes nacen de la repetición, de pensar continuamente en ellos. Tengo su desarrollo en mi cabeza. Me convierto yo mismo en el personaje y, como el personaje, visito la localización de la historia muchas veces. Solo después de empezar a dibujar al personaje y de hacerlo una y otra vez... al final solo termino justo antes del plazo»23.
Aunque este modo de trabajar por lo general siempre ha traído inestabilidad y ansiedad al equipo para terminar la producción a tiempo, también ha posibilitado un juego de matices profundo y rico que dota a los personajes de un especial interés.
CHIHIRO
UNA HEROÍNA DE DIEZ AÑOS
Chihiro es una niña insegura y un poco consentida, acostumbrada a que sus padres la ignoren, pero que tampoco es capaz de ver los esfuerzos que hacen para animarla. Chihiro es una niña para la que un cambio en su equilibrio diario supone un problema ante el cual no queda más opción que enfadarse o protestar. Súbitamente se quedará sola en un mundo tan maravilloso como hostil, un centro de ocio y restauración presidido por una gran casa de baños donde dioses y espíritus reciben servicio. Los padres de Chihiro, convertidos en cerdos fruto de su propia avaricia, ya no están para protegerla en una realidad en la que el miedo la empuja a querer desaparecer. Por suerte, contará con la ayuda de un misterioso muchacho, Haku, y dos empleados del lugar (el anciano Kamaji y una muchacha llamada Lin) para hallar su única oportunidad de sobrevivir: trabajar bajo el mando de la implacable bruja Yubāba, quien, a cambio, le hará deshacerse de su identidad y de su nombre, sustituyéndolo y reduciéndolo a Sen.
El viaje de Chihiro será, así, el viaje de Sen, un ejercicio de esfuerzo y supervivencia en un entorno fascinante a la par que amenazante donde trabajará muy duro, pero también hará amigos, influirá positivamente en los demás y recordará vínculos olvidados, todo gracias al autorreconocimiento por el que descubrirá su capacidad de adaptación, su determinación y un valor que permanecía oculta ante sí misma.
Para Miyazaki, Chihiro es una heroína porque encuentra en su interior una fuerza universal, a la que quería convertir en una inspiración para todas las niñas de su misma edad, muy menospreciada, a caballo entre la adolescencia y la niñez, y muy poco tratada en la industria del cine. La imagen del colectivo social de las niñas de este rango de edad se asocia a la vulnerabilidad y la inocencia, por lo que se suele esperar menos de ellas. Sin embargo, la heroína que Miyazaki nos ofrece es una llamada de atención a las capacidades y valores que realmente poseen, más allá de la acostumbrada insensibilidad de la que crecen rodeadas en estos tiempos. La prueba a la que se verá sometida Chihiro la hará consciente de su flexibilidad, su juicio crítico, su valor y su generosidad, y todo ello porque, a pesar del engaño de Yubāba, Chihiro no pierde nunca su propia identidad. En este sentido, su desarrollo personal resulta mucho más valioso que el de otros personajes que la acompañan en la casa de baños, sometidos a la codicia y la corrupción, carentes de alma.
Con esta película, Hayao Miyazaki quería animar a las niñas a que se identificaran con Chihiro, a señalarles que tienen un gran potencial que desarrollar y que les espera algo grande que conseguir en cada uno de los días de su vida, puesto que una heroína puede ser una niña corriente, y esto no es algo reservado a aquellos con superpoderes o cualidades especiales. Aunque la sociedad espere de ellas vulnerabilidad, aunque crean que no son capaces de desarrollar su valía, pueden hacer frente a las dificultades con toda la fuerza que crean poder extraer de sí mismas. Por ese mismo motivo, el diseño de Chihiro será el de una niña normal, de piernas canijas y cara redonda, sin una belleza especial o un don extraordinario, pues en su físico esgrime el símbolo de su cotidianidad, algo que no es incompatible con su heroicidad y que se fundamenta en otro aspecto clave: la capacidad de afrontar las dificultades.
«Ante las dificultades muchas personas se colapsarían diciendo ‘no puede ser’, y este es el tipo de individuos que serían borrados o devorados si se encontraran en una situación como en la que Chihiro se ve. De hecho, Chihiro es lo suficientemente fuerte como para no ser devorada, y eso es lo que le hace una heroína, no el que sea bella o posea una mente privilegiada. Por eso esta es una buena historia para una niña de diez años»24.