Читать книгу El juego y los alumnos con discapacidad - Mercedes Ríos Hernández - Страница 10

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Introducción

En esta segunda parte de nuestro trabajo intentaremos dar una visión amplia de los criterios que deben adoptarse en los juegos más habituales para facilitar la integración de los alumnos con discapacidad.

La intención de utilizar este tipo de juegos es una apuesta más por la normalidad. La integración, desde nuestro punto de vista, no debe ser un hecho excepcional: integrar en la normalidad, en lo habitual de este tipo de sesiones. No creemos que se trate de hacer un tratado de juegos nuevos, sino de intentar potenciar la participación, y que los alumnos vean satisfechas todas sus necesidades de movimiento.

Nuestro enfoque quiere estar alejado de radicalismos. No somos partidarios de que todos jueguen con los ojos vendados porque un compañero es ciego. Ni que nos limitemos a otorgar roles pasivos a los alumnos con discapacidad (que, por ejemplo, en el juego del pañuelo se limiten a sujetarlo). El criterio fundamental, en nuestra opinión, es el de adaptar el juego estrictamente lo necesario. Así pues, la mejor adaptación es la que no se percibe, a pesar de que, en determinadas situaciones y en función de las discapacidades, eso no va a ser posible (especialmente en juegos con un alto nivel de reglamentación). Recomendamos evitar adaptaciones que requieran una gran preparación anterior a la sesión y que en la práctica resultarían muy laboriosas para el educador y poco comprendidas por los alumnos. No obstante, debemos prever, antes de la propuesta de un juego, que todos los alumnos con discapacidad puedan adoptar cualquier rol. Para ello también será necesaria la sensibilización del grupo para conseguir que las adaptaciones sean aceptadas de una manera natural como parte de la comprensión de una realidad social. Aunque también es positivo reconocer que no todos los juegos serán susceptibles de integración para todas o algunas de las discapacidades: la adaptación de los juegos debe pasar por un correcto análisis de las características de los alumnos para los que se adapta.

Para favorecer la integración en estos juegos, se establece una categorización dentro de cada una de las discapacidades, con el objetivo de facilitar el análisis de los juegos según a qué tipo de alumno se desee integrar sin perder de vista cada individualidad. Posteriormente, se proponen los criterios de adaptación que se han seguido en cada discapacidad y, finalmente, se analizan 27 juegos que van de un bajo a un alto componente motriz y competitivo.

Para finalizar, decir que estamos seguros de que para facilitar la integración del alumno con discapacidad podría haberse propuesto la exclusiva utilización de juegos cooperativos. No obstante, somos conscientes de una doble realidad: por un lado, los juegos cooperativos no son precisamente los más habituales. Por otro, en la competitividad no hay sólo aspectos negativos, sino que creemos que se puede educar en la competitividad utilizando los sentimientos de cohesión, de superación, de victoria, de equipo, de respeto al contrario y a las reglas del juego. Dependerá, pues, del educador enfatizar aquellos aspectos que faciliten el respeto a la diversidad en aquellos juegos de alto componente competitivo.

El juego y los alumnos con discapacidad

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