Читать книгу El juego y los alumnos con discapacidad - Mercedes Ríos Hernández - Страница 5
ОглавлениеINTRODUCCIÓN GENERAL
La presente obra pretende ofrecer los recursos necesarios para poder integrar a un alumno con discapacidad en los juegos más habituales y, a su vez, facilitar el trabajo del educador de grupos específicos con una propuesta de juegos para cada discapacidad. Sin pretender crear un recetario, se ha preferido mostrar un conjunto de recursos que estimulen la creatividad del educador tomándolos como punto de partida para nuevas adaptaciones.
Nuestra premisa básica ha sido partir siempre del concepto de normalidad. El juego como actividad normalizada y, en la medida de lo posible, juegos que sean de habitual aplicación. A lo largo del presente trabajo insistiremos en que no se trata de crear juegos nuevos, sino de hacer el esfuerzo de adaptar lo ya existente como una aportación más a la normalización de los colectivos de personas con discapacidad. Estamos convencidos de que un niño con discapacidad se sentirá más cohesionado socialmente si participa de los juegos de sus compañeros, con sus compañeros. Jugar a lo que todos juegan es mucho más que eso. Es apostar por el respeto a la diversidad desde una realidad lúdica y educativa. De otro modo estaríamos compartimentando, aislando dentro de la especificidad, impidiendo una vivencia grupal que sin duda favorecerá la percepción de la diversidad por parte de todos.
Cuando hablamos de un colectivo con necesidades de integración (y en este caso sólo haremos referencia a las personas con discapacidad), aludimos a un grupo de ciudadanos que, por razón de sus particularidades, no pueden desarrollarse en la sociedad de una manera normal en el sentido estadístico de la palabra. La integración, pues, sería aquel proceso mediante el cual un individuo puede llegar a ejercer sus deberes y derechos con igualdad de oportunidades respecto a los demás ciudadanos.
En este sentido, se incluyen también en este trabajo actividades y juegos sensibilizadores que facilitarán al educador herramientas para dar a conocer las características de las personas con discapacidad al resto del grupo. No sólo vivenciando la dificultad, por ejemplo, de moverse en una silla de ruedas, sino valorando las capacidades y la habilidad que ello comporta. La sensibilización creemos que no es más que ofrecer esta información de manera atractiva, alejándonos de planteamientos paternalistas y dando una visión realista de lo que supone la discapacidad y lo que debería ser la normalización e integración social..
A pesar de que las leyes no son discriminatorias, nuestra sociedad evidencia desigualdades. Nadie puede negar que nos encontramos en un entorno en el que la individualidad y la competitividad son valores en expansión. Precisamente la integración social no quiere decir solamente aportar medios, sino también poner marcha un proceso pedagógico que ayude a cambiar las actitudes. Es necesario conseguir que la sociedad sea tolerante y respetuosa con la diversidad, solidaria con todos sus miembros.
En la actualidad, a nivel escolar, se está hablando de adecuaciones curriculares individualizadas. Pero nos encontramos ante un vacío en lo que se refiere al tercer nivel de concreción en el ámbito educativo que se traduce en la adaptación de las actividades de enseñanza/aprendizaje para facilitar la práctica motriz mediante el juego.
Entendemos que, a nivel terminológico, el concepto de Alumnos con Necesidades Educativas Especiales (NEE) es muy clarificador y respetuoso con los niveles de aprendizaje según cada situación (incluyendo incluso a aquellos alumnos superdotados). No obstante, nuestra aportación se centrará exclusivamente en el colectivo de alumnos con discapacidades físicas, psíquicas y sensoriales, dado que su especificidad facilita, pese a la indiscutible peculiaridad de cada individuo, unas generalizaciones de intervención que pueden resultar útiles a los educadores que quieran introducirse en este campo y a todos aquellos que intervienen en el ámbito de la educación del tiempo libre. Sin perder de vista, como ya se ha dicho, que no existen panaceas y que cada sujeto es, en sí mismo, una peculiaridad.
Nos hemos centrado en las discapacidades más habituales que pueden encontrarse, dado que ampliar a la multitud de afectaciones y grados que pueden existir requeriría una extensión de descripciones que creemos no sería útil en este primer trabajo donde se han priorizado las generalidades en beneficio de una facilidad de aplicación de los criterios trabajados y la necesaria síntesis que debe tener la presente aportación.
Dentro del colectivo de las discapacidades físicas se ha preferido distinguir y diferenciar claramente al colectivo de Parálisis Cerebral (PC). Dos son las principales razones: la tradición errónea de relacionar PC con discapacidad psíquica (una como consecuencia de la otra), y la gran diversidad de afectación motriz (que incluso, a nivel deportivo, se materializa en una clasificación extensa y compleja) supone un tratamiento específico.
En lo que se refiere a las discapacidades sensoriales, no se ha considerado necesaria la adaptación de los juegos al déficit auditivo dadas sus características que favorecen un óptimo nivel de integración. No obstante, se ha optado por insertar un capítulo teórico que describe la etiología del déficit, sus tipos y las variables relacionadas directamente con el déficit y los condicionantes que inciden en el desarrollo global, así como una serie de consignas básicas para facilitar la tarea del educador en el planteamiento de los juegos.
MERCEDES RÍOS