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2 La foto de perfil

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A la mañana siguiente, Marcos se levantó con un leve dolor de cabeza. La noche anterior se acostó más tarde de lo acostumbrado. Preparó el desayuno mientras Eva se vestía en la habitación. Seguidamente, fue a despertar a sus dos hijos: María, de ocho años, y Alberto, de seis. Cogió su maletín de cuero y salió a la calle. El día estaba gris y amenazaba con llover en cualquier momento.

Una vez en el instituto, subió a la sala de profesores y encendió el portátil. Marcos era profesor de Filosofía y los lunes tenía la primera hora libre, así que aprovechó para ojear aquella adictiva página web. Tenía curiosidad por comprobar si alguna pareja le había pedido amistad, así que ingresó en su perfil. Él se había puesto como nick Han Solo, y a Eva, Princesa Leia. Sí, Marcos siempre fue bastante friki.

Aún no tenía ninguna notificación de amistad, pero se percató de que en la bandeja de entrada de su perfil tenía un mensaje del administrador de la web dándole la bienvenida y mostrándole, además, las normas y el funcionamiento de la página. Marcos lo leyó con atención y se dio cuenta de que recomendaban subir una foto de perfil y varias otras al álbum para tener más éxito. Durante unos momentos estuvo mirando fijamente la pantalla, pensando en que tendría que subir fotos de la pareja, o sea, imágenes con su mujer, porque se dio de alta como pareja, y eso suponía un problema. Decidió buscar en varias carpetas del portátil alguna foto de los dos juntos, y encontró una que se hicieron el año pasado en la boda de su hermana. Él iba de traje y corbata y ella llevaba un vestido que dejaba al aire buena parte de sus piernas. Se decidió por esa fotografía. Las demás parejas, por lo general, no mostraban las caras, así que con un programa de imagen recortó sus rostros y pinchó en el enlace para la subida de fotos. Su perfil era ahora más atractivo para los usuarios que pudieran visitarlo. Miró el reloj, apagó el ordenador y empezó a preparar las clases.

El día transcurrió como siempre: instituto, almuerzo, recogida de Alberto de las clases de inglés, etcétera. Por la noche, una vez que todos estaban acostados, Marcos, haciendo como que trabajaba en el ordenador, tecleó la dirección de la web liberal, ansioso por comprobar si tenía más notificaciones. Y así fue. Han Solo y la Princesa Leia tenían seis notificaciones: seis parejas que les pedían amistad cibernética. Parecía que la foto añadida por la mañana en el instituto había dado buen resultado.

Visitó los perfiles de las seis parejas y se dio cuenta de que todas ellas habían rellenado el formulario del perfil y él no. Pensó que rellenándolo atraería a más parejas, así que se puso manos a la obra.

Han Solo: 44 años. Pelo moreno. Ojos marrones. 1,75 m. 75 kg. No fumador. Deportista. Casado. Cádiz.

Princesa Leia: 39 años. Pelo castaño. Ojos verdes. 1,69 m. 60 kg. No fumadora. Deportista. Casada. Cádiz.

Acto seguido, guardó la información de perfil y aceptó las solicitudes de la media docena de parejas que estaban interesadas en conocerlos. Unos circulitos verdes y rojos aparecieron en la parte inferior derecha de la página. Era un chat. Sintió curiosidad y pinchó en la única pareja que aparecía conectada: Marta y Mario.

Han y Leia:

Hola.

Marta y Mario:

Hola, amigos. ;)

Marcos se sorprendió por la pronta respuesta.

Han y Leia:

¿Qué tal os va?

Marta y Mario:

Muy bien. ¿Estáis los dos chateando?

Han y Leia:

Sí, estamos los dos.

Tuvo que mentir, pues pensó que diciéndoles que estaba con su esposa les haría sentir más cómodos.

Marta y Mario:

Conectad la webcam y así nos vemos los cuatro.

Es más divertido.

Marcos tuvo que volver a mentir:

Han y Leia:

No, no podemos, nos íbamos ya a la cama, es tarde.

Solamente queríamos saludaros.

Marta y Mario:

Ah, vale, pues entonces hasta otro momento.

Besos.

Han y Leia:

Hasta luego. Buenas noches.

Fue en aquel momento cuando comprendió que sin Eva poco podría avanzar en ese mundillo swinger. Así que, después de pensarlo mucho, decidió contarle a su mujer lo de la web, la moda de las parejas liberales y todo lo que rodeaba a aquel tema tan morboso.

El caso Passion

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