Читать книгу El ladrón de la lechera - Miguel Ángel Romero Muñoz - Страница 8

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PRÓLOGO

Hace un par de días recibí la llamada de mi amigo Miguel, autor de El ladrón de la lechera, proponiéndome que escribiera un pequeño prólogo para esta obra, lo cual me dejó un poco desconcertado: «¿Yo escribiendo un prólogo para una novela? ¿Qué locura es esta, Miguel?», pensé. Pero he de decir que me sentí halagado e, incluso, reconfortado por lo que significa que un buen amigo te invite a participar en su obra de una forma tan activa.

Cierto es que, aunque no tenemos oportunidad de pasar mucho tiempo juntos, podemos compartir buenos momentos de diversión y buena charla, con un magnífico grupo de amigos durante las vacaciones de verano y, con suerte, en navidades siempre hay ocasión de hablar de libros, aficiones, experiencias vividas y del arte supremo de la cocina. En estos ratos de charla tranquila, he tenido la suerte de conocer la pasión y sensibilidad de Miguel por la escritura, su capacidad para transmitir nobles sentimientos, por hacernos ver que hay razones para creer en las personas, y que, aunque vivamos en un medio que, a menudo, nos resulta muy hostil, siempre podemos encontrar una vía de escape, una excusa para seguir apostando por lo mejor del ser humano. Amistad, amor, afecto, solidaridad, convivencia, respeto o superación son palabras que a todos nos suenan muy bien, pero que, a menudo, podemos pensar que son difíciles de practicar, fuera de nuestro entorno más cercano. No es así; si uno escarba un poco, se da cuenta de que es más sencillo de lo que parece encontrar esas actitudes en los demás. Esto es lo que transmite esta novela, de una forma cercana y sencilla; estoy seguro de que el lector podrá identificarse con cualquiera de los personajes, reconocerá situaciones e imaginará lugares como si fueran los que transita habitualmente. Una historia entrañable, que pronto te hace empatizar con sus personajes, que te atrapa por su cercanía, la inocencia de su protagonista, la necesidad de estar a la altura de sus seres queridos y su circunstancia vital, su esfuerzo de superación, el efecto que provoca en los demás. En definitiva, un relato cercano y entrañable, que proyecta una visión optimista sobre el ser humano y la convivencia con sus semejantes.

Sobre el autor, poco más puedo decir, expresar mi admiración por su valentía y su pasión por la escritura, y el deseo de poder seguir disfrutando de su imaginación y su pluma en todo lo que escribe. Ánimo y adelante, amigo. Deseo, y seguro que los que conocen tus escritos también, que sigas perseverando y dando forma a tu inspiración, iluminándonos a todos cada vez un poco más. Enhorabuena.

Y a ti, amigo lector, acomódate y prepárate para pasar unos deliciosos momentos con la lectura de esta historia.

Alfonso López Tavira

El ladrón de la lechera

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