Читать книгу El libro del perdón - Mpho Tutu - Страница 8
Sanar al todo
ОглавлениеLo que los campos médico y psicológico no pueden estudiar, cuantificar ni diseccionar bajo un microscopio es la estrecha vinculación que existe entre los seres humanos, y el impulso en cada uno de nosotros a vivir en armonía.
Quizá la ciencia esté empezando a reconocer lo que en África hemos sabido desde tiempo inmemorial: que somos interdependientes, aunque aún no puede explicar del todo la necesidad que tenemos unos de otros. La doctora Lisa Berkman, jefa del Department of Society, Human Development and Health (Departamento de Sociedad, Desarrollo Humano y Salud) de la Harvard School of Public Health, estudió a siete mil hombres y mujeres. Según sus hallazgos, las personas aisladas tienen tres veces más probabilidades de morir en forma prematura que las que cuentan con una red social fuerte. Pero a los investigadores les asombró más todavía que las personas que tienen un círculo social fuerte y un estilo de vida poco saludable (tabaquismo, obesidad y falta de ejercicio) viven más que las que tienen un círculo social débil y un estilo de vida sano.4 En un artículo publicado en la revista Science se concluyó a su vez que la soledad es un factor de riesgo de enfermedades y muerte más agudo que el tabaquismo;5 en otras palabras, que la soledad te puede matar más rápido que el cigarro. Los seres humanos estamos firmemente vinculados entre nosotros, lo admitamos o no. Necesitamos unos de otros. Así fue como evolucionamos, y nuestra supervivencia sigue dependiendo de ello.
Cuando somos indiferentes, cuando no tenemos compasión, cuando no perdonamos, inevitablemente pagaremos el precio. Pero no sólo sufriremos nosotros; también sufrirá nuestra comunidad, y en última instancia el mundo entero. Fuimos hechos para existir en una delicada red de interdependencias. Somos hermanas y hermanos, nos guste o no. Tratar a alguien como menos que humano, como menos que un hermano o hermana, sin que importe lo que haya hecho, es contravenir las leyes mismas de nuestra humanidad. Y quienes dañan la red de interconexiones no pueden escapar a las consecuencias de sus actos.
En mi propia familia, diferencias entre hermanos se han convertido en enemistades intergeneracionales. Cuando hermanos adultos se niegan a tratarse debido a una ofensa reciente o remota, sus hijos y nietos pueden verse privados de la dicha de estrechas relaciones familiares. Los hijos y nietos podrían no conocer nunca la causa de esa parálisis. Sólo saben que “No visitamos a esa tía” o “No conocemos a esos primos”. El perdón entre los miembros de las generaciones mayores podría permitir relaciones sanas y comprensivas entre las generaciones jóvenes.
Si tu bienestar —tu salud física, emocional y mental— no te parece suficiente; si tu vida y tu futuro no te parecen suficientes, entonces podrías perdonar por el bien de aquellos a quienes amas, tu familia, la cual es invaluable para ti. Cólera y amargura te envenenan no sólo a ti; también envenenan tus relaciones, entre ellas las que sostienes con tus hijos.