Читать книгу Darse a la lectura - Ángel Gabilondo - Страница 4
DARSE
ОглавлениеPRESENTACIÓN
Si no se abre, este libro tiene las páginas en blanco. Si no se lee, no está en verdad escrito. Solo la consideración de la lectura de alguien liberará lo que quepa decirse del ojo en blanco sin mirada. Tiene por tanto mucho de llamada, de convocatoria, de solicitud para recabar la intervención generosa, hasta compasiva, de quienes son capaces de entregarse, incluso de antemano, y los hay, hasta el final. Darse es más que ofrecerse. Y no faltan quienes se dan a la lectura con pasión, como quien elige lo que parece no poder evitar y no pocas veces desea. Hay encuentros que solo se producen cuando nos entregamos.
Necesitamos leer y para ello es imprescindible escribir. No siempre uno mismo, pero tan decisiva relación atraviesa estos textos. Más singular resulta escribir del leer. Y para colmo convocar a que se lea a fin de que algo resulte escrito.
Puestos a entregar algo hemos de hacer retornar la palabra al lugar del que brotó. Y siempre, incluso bien solos, escribimos y leemos con los demás, por los otros, por ellos. Tanto que una determinada realidad lo preside todo. Podemos leer un texto, un discurso, pero su escritura ya está impregnada, enriquecida, del oír de aquel a quien se dirige. Y no es lo mismo cuando es indiferente que cuando está orientado a ser palabra, palabra pública. Este libro, como todos, busca ser leído. Y es de lo que se trata. No solo de hablar del leer, sino de leer para acompañar el decir de las palabras.
Cabría pensar que cuanto se da en esta ocasión es un aviso al lector, un preludio de un texto que podría ser cualquiera. A su modo, se trata de introducciones que no preceden a ningún otro texto, ya que ellas son ya el texto que cabe leer. Introducen en el asunto, y no hay más que proponer. Según se va leyendo ya estamos en la cuestión y sin embargo su argumento parece escapar de cualquier otra caracterización.
Leer del leer es un gesto que reclama la lectura, su sentido y su alcance. Pero es evidente que leer no es sin más hablar de la lectura, ni escribir de ella. Solo se lee leyendo y en esta medida este texto es una invitación y una reivindicación. En un contexto de debates, sin duda necesarios, sobre lo que puede significar leer y sobre su pertinencia, vigencia o actualidad, nuestra convocatoria es a participar en esta controversia con una acción, precisamente la acción de leer. Y con un reconocimiento, que a la par es un compromiso con el estudio, con el enseñar y con el libro. Y con quienes, de una u otra manera, hacen que no se produzca una violenta desvinculación de la lectura con el proceder que teje textos. Y en cierto sentido es un homenaje a su labor. No como gesto de despedida, sino como modesta forma de animar y reconocer su tarea y de solicitar, necesitado, su apasionada competencia y su generoso compromiso. Sin convicción sobre la vida de la lectura ella también quedará en blanco.