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PRECARIEDAD Y DIVERSIDAD: LA SITUACIÓN LABORAL DE LOS NUEVOS ANTROPÓLOGOS

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La mayoría ya no trabaja en la academia. Durante mucho tiempo la gran mayoría de los antropólogos mexicanos trabajaba en el sector académico. La situación ha cambiado para las nuevas generaciones de antropólogos, que laboran en sectores muy diversos. El cuadro 3 muestra cómo disminuye la proporción que trabaja en el sector académico y aumentan el empleo en el sector privado, en organizaciones de la sociedad civil, el trabajo free lance y en negocios propios.

CUADRO 3

DISTRIBUCIÓN SECTORIAL DEL EMPLEO DE LOS ANTROPÓLOGOS POR GRUPO DE EDAD (PORCENTAJES)


FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (ciepa-ceas, 2016).

El empleo en el sector académico predomina con claridad entre los antropólogos mayores de 40 años: 100% de los de 70 años y más están en el sector académico y alrededor del 60% de quienes tienen entre 40 y 69 años. En contraste, la mayoría de los menores de 40 años no trabajan en la academia: 40.6% de quienes tienen entre 30 y 39 años y sólo 26.1% de los menores de 30 años. Los antropólogos más jóvenes batallan para obtener trabajos relacionados con sus estudios: únicamente 51.1% realiza actividades vinculadas con la antropología.

La diversidad ocupacional de los antropólogos menores de 30 años se aprecia en la gráfica 1.

Sólo alrededor de una cuarta parte de los antropólogos menores de 30 años trabaja en el sector académico y 22.8% en el sector público, el resto se desenvuelve en ámbitos muy diversos, en los que en la mayoría de los casos tienen que realizar actividades para los que la escuela no los preparó. Llama la atención que más de la mitad (51.1%) se emplea en ámbitos muy diversos a los del trabajo antropológico clásico: 25% en el sector privado, 9.8% en trabajo independiente tipo free lance, 8.7% en organizaciones de la sociedad civil y 7.6% en negocios propios. Hasta hace unos 20 años eran excepcionales los antropólogos que trabajaban de manera independiente, como free lance. Desde finales del siglo XX este tipo de trabajo se ha expandido. La encuesta reportó que 45 personas (7.9% de quienes trabajan) realizan trabajo independiente tipo freelance. Dos terceras partes de ellos son menores de 40 años. Predominan quienes realizan encuestas y entrevistas (28.9%), edición y corrección de estilo (15.6%), traducción (13.3%) y transcripciones (8.9 por ciento).

GRÁFIC A 1

DISTRIBUCIÓN DE LOS ANTROPÓLOGOS DE 23 A 29 AÑOS POR SECTOR DE ACTIVIDAD


FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).

El sector académico no sólo es el más acorde con la preparación que se ofrece a los antropólogos en México, también es el que cuenta con salarios más altos y mejores condiciones de trabajo.7 Muchos antropólogos jóvenes enfrentan una doble adversidad: no encuentran em pleos relacionados con lo que aprendieron y tienen que ubicarse en trabajos precarios. Diversidad, ingresos bajos, precariedad e incertidumbre en el trabajo son los rasgos que marcan la situación laboral de la mayoría de los antropólogos más jóvenes en México.

Inestabilidad e incertidumbre en el empleo. La mayoría de los antropólogos en el país no cuentan con un empleo estable. Un dato de la mayor relevancia es que de quienes están trabajando sólo 46.2% tienen un empleo por tiempo indefinido, mientras que más de la mitad (53.8%) no tienen un empleo seguro, sino que están sujetos a la renovación de un contrato temporal, a obtener otro contrato, a conseguir un nuevo proyecto o a impartir docencia en el siguiente ciclo escolar. Hay una tendencia muy clara al incremento de la inseguridad laboral para los graduados en las últimas décadas, que es parte de una tendencia más generalizada hacia la incertidumbre en el empleo en el país (Mancini, 2017).

La totalidad de los antropólogos que se titularon entre 1965 y 1969 tiene empleo por tiempo indefinido, proporción que ha ido descendiendo de manera constante, hasta llegar a sólo 32.3% de quienes se titularon entre 2005 y 2009 y 35.9% de quienes se titularon entre 2010 y 2014. La posibilidad de tener un contrato permanente era común para antropólogos que se graduaron entre los años cuarenta y la primera mitad de los años ochenta; esta posibilidad disminuyó en los últimos años del siglo XX y se ha vuelto claramente minoritaria para los antropólogos que se han graduado en este siglo. Como es de esperar, son muy pocos los antropólogos menores de 40 años que cuentan con empleo permanente: sólo 29.7% tienen contratos definitivos, frente a 60.4% de quienes tienen entre 40 y 59 años y 86.4% de los antropólogos de 60 años y más.

GRÁFICA 2

PORCENTAJE DE ANTROPÓLOGOS CON CONTRATO POR TIEMPO INDEFINIDO SEGÚN LA ÉPOCA EN QUE SE TITULARON


FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).

La mayoría no tiene prestaciones laborales. La precariedad en el trabajo de los antropólogos jóvenes en México se expresa también en que muchos de ellos carecen de prestaciones laborales, incluso de las más básicas, como se aprecia en el cuadro 4.

CUADRO 4

PROPORCIÓN DE ANTROPÓLOGOS QUE NO TIENE PRESTACIONES EN EL EMPLEO ACTUAL, POR GRUPOS DE EDAD (PORCENTAJES)

Prestación 60 años y más 40 a 59 años Menores de 40 años Total
Servicio médico (IMSS, ISSSTE o equivalente) 15.3 22.8 54.1 100.0
Vacaciones 15.3 25.4 57.9 100.0
Aguinaldo 13.6 25.9 58.9 100.0
Prima vacacional 15.3 36.0 74.4 100.0
Fondo de vivienda (Infonavit, Fovissste o equivalente) 27.1 45.2 78.5 100.0
Jubilación, fondo de pensiones 27.1 50.3 84.2 100.0
Seguro de gastos médicos mayores 32.2 61.4 85.4 100.0

FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).

La mayoría de los antropólogos menores de 40 años que trabajan lo hace sin las prestaciones más elementales: 54.1% no tiene servicio médico asociado al empleo, 57.9% no tiene vacaciones y 58.9% no recibe aguinaldo. La situación es peor en lo que se refiere a otras prestaciones menos difundidas: 74.4% no tiene prima vacacional, 78.5% no tiene fondo de vivienda, 84.2% no tiene fondo de pensiones para la jubilación y 85.4% no cuenta con seguro de gastos médicos mayores.

La precariedad en las condiciones de trabajo se encuentra relacionada con la edad, porque la mayoría de los antropólogos mayores de 40 años cuenta con prestaciones laborales. Por ejemplo, en el grupo de 40 a 59 años sólo 22.8% carecen de servicio médico, 25.4% no tienen vacaciones y 25.9% no perciben aguinaldo. La situación de los de 60 años y más es mejor todavía, porque la gran mayoría cuenta con las prestaciones básicas e incluso más de dos terceras partes tiene prima vacacional, fondo de vivienda, fondo de pensiones y seguro de gastos médicos mayores.

La tendencia es hacia una mayor precarización del trabajo antropológico: los menores de 30 años tienen una situación aún peor que la de los demás grupos de edad: 71.7% no tienen servicio médico, 71.7% no tiene vacaciones y 68.5% no recibe aguinaldo. Un 63% de ellos reporta que no tiene ninguna prestación laboral.

Los datos sobre prestaciones laborales sugieren que el gremio antropológico se encuentra segmentado, que hay un sector que cuenta con todas las prestaciones laborales, otro segmento intermedio que sólo tiene las prestaciones básicas y por último hay una franja que ni siquiera tiene las prestaciones más elementales. Esta segmentación se encuentra muy relacionada con la edad, como lo confirman los datos sobre los ingresos de los antropólogos.

El gremio antropológico se encuentra segmentado en lo que se refiere a sus ingresos. A partir de la Encuesta se calculó que en 2016 el ingreso promedio mensual de los antropólogos en México era de $17,944. Con datos de ese año el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) hizo una lista de 66 profesiones de acuerdo con sus ingresos promedio. En dicha lista la antropología no aparece sola, sino junto con sociología, ambas profesiones ocupan el lugar 25 de 66 con un ingreso promedio de $12,158 mensuales. El promedio de ingresos de las 66 profesiones fue de $10,855 al mes. El hecho de que la Encuesta registre un ingreso promedio de los antropólogos superior al que reporta el IMCO puede deberse a la enorme proporción de perso nas con posgrado entre quienes respondieron la Encuesta. De acuerdo al mismo IMCO, antropología y sociología ocupan el lugar 11 de 66 entre las profesiones con mayor proporción de personas con posgrado, con 23.3%. Pero entre las personas que respondieron la Encuesta de la CIEPA 68.3% estudiaron posgrado, que es un porcentaje muy alto, que equivaldría al tercer lugar en la lista del IMCO. Si los antropólogos que respondieron la Encuesta tienen salarios más altos que la media de las profesiones se debe a que muchos de ellos tienen posgrados, en particular a que 41% estudiaron doctorado.

Ahora bien, una cosa es que el ingreso promedio de los antropólogos fuera de $17,944 mensuales y otra cosa es cuánto gana cada persona en concreto. La segmentación del gremio, que es una expresión de la desigualdad interna que lo afecta, se observa en los datos sobre los ingresos de los antropólogos, que se resumen en el cuadro 5.

CUADRO 5

INGRESOS MENSUALES DE LOS ANTROPÓLOGOS EN MÉXICO EN 2016

Ingresos mensuales Porcentaje de antropólogos Porcentaje acumulado
Un salario mínimo o menos (hasta 2,200 pesos) 9.6 9.6
Entre 1 y 3 salarios mínimos (entre 2,201 y 6,600 pesos) 18.7 28.3
Entre 3 y 5 salarios mínimos (entre 6,601 y 11,000 pesos) 19.4 47.7
Entre 5 y 10 salarios mínimos (entre 11,001 y 22,000 pesos) 25.0 72.7
Entre 10 y 20 salarios mínimos (entre 22,001 y 44,000 pesos) 21.0 93.7
Más de 20 salarios mínimos (más de 44,000 pesos) 6.3 100.0
Total 100.0

FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).

De acuerdo con esta información, en lo que respecta a los ingresos pueden distinguirse tres grandes segmentos. Un primer grupo, que representa 28.3% de los antropólogos que trabajan, gana tres salarios mínimos o menos, es decir, su ingreso no supera los $6,600 mensuales, que equivalían, al momento de realizar la encuesta, a 364 dó lares de Estados Unidos.8 El segundo grupo, que incluye al 44.4%, gana entre tres y diez salarios mínimos, es decir entre $6,601 y $22,000, que equivalían a un rango entre 365 y 1,214 dólares de Estados Unidos. Por último, el tercer grupo, que comprende a 27.3% de los antropólogos que trabajan, tiene ingresos superiores a diez salarios mínimos, es decir mayores a $22,000 o 1,214 dólares de Estados Unidos. El primer grupo constituye un sector con ingresos muy reducidos, más bajos de los que perciben muchos trabajadores manuales o administrativos en el país. En México en 2016 los ingresos promedio de quienes tenían educación media superior eran de $6,208 y los salarios promedio de quienes tenían estudios de licenciatura eran de $10,855,9 por lo que aquí estamos hablando de un sector importante de antropólogos que recibe ingresos similares a los que reci ben quienes sólo tienen educación media superior. El segundo grupo tiene ingresos que son similares a la media de quienes tienen una li cenciatura en México y al ingreso promedio que tienen sociólogos y antropólogos en el país. Por último, están quienes ganan más de diez salarios mínimos (equivalentes a 22,000 pesos mexicanos o 1,214 dóla res de Estados Unidos). Este último grupo tiene ingresos superiores no sólo a la media de quienes tienen una licenciatura en México, sino incluso superiores a quienes tienen un posgrado. Incluso hay una fran ja, que representa un 6.3% de los antropólogos que se encuentran trabajando, que tiene ingresos mensuales superiores a $44,000 mensuales (2,428 dólares de Estados Unidos).

Buena parte de quienes tienen los ingresos más altos corresponde a antropólogos que trabajan en el sector académico y pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Cuando se hizo la Encuesta los estímulos que otorgaba el SNI iban de tres a 15 salarios mínimos mensuales, que sumados al salario de un académico de planta implican un ingreso mensual superior a los diez salarios mínimos.

CUADRO 6

INGRESO PROMEDIO DE LOS ANTROPÓLOGOS POR SECTOR DE ACTIVIDAD

Sector Ingreso mensual promedio
Sector privado $ 15,655
Sector público $ 15,822
Sector académico $ 22,214
Organización de la sociedad civil $ 13,518
Negocio propio $ 10,395
Trabajo independiente tipo free lance $ 8,238

FUENTE: elaboración propia a partir de la Encuesta sobre la práctica profesional y las condiciones de trabajo de los antropólogos en México (CIEPA-CEAS, 2016).

Los ingresos de los antropólogos varían de manera considerable de un sector a otro. Como era de esperarse, los ingresos de quienes trabajan en el sector académico son muy superiores a los del resto: ganan en promedio $22,214 mensuales. Les siguen de lejos quienes trabajan en el sector público ($15,822), en el privado ($15,655) y en organizaciones de la sociedad civil ($13,518). Son bajísimos los ingre sos de quienes tienen un negocio propio ($10,935) y de quienes reali zan trabajo independiente ($8,238). Estos datos cuestionan los discursos que idealizan las supuestas ventajas del emprendeduris mo y de los trabajadores flexibles que no tienen patrón ni empleo fijo; al menos en el caso de la antropología tener un negocio propio o ser free lance refleja más una situación de incertidumbre, de precariedad y de ausencia de mejores oportunidades de trabajo. Quienes trabajan en estos sectores son quienes están en las peores condiciones. Hay algunos casos en que los antropólogos free lance o los que han creado negocios propios tienen buenos ingresos, pero esto parece ser más la excepción que la regla: de los 45 que trabajan como free lance ninguno ganaba más de 20 salarios mínimos mensuales y sólo tres ganaban entre 10 y 20 salarios mínimos; de los 20 que tenían negocios propios sólo uno tenía ingresos superiores a 20 salarios mínimos y dos ganaban entre 10 y 20 salarios mínimos.10

Repensar la antropología mexicana del siglo XXI

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