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CASO 1: EL PACTO SECRETO DEL GOBIERNO SALVADOREÑO CON LAS PANDILLAS

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País: El Salvador.

Medio: El Faro.

Tipo de medio: Digital.

Autores: Óscar Martínez, Carlos Martínez, Sergio Arauz y Efren Lemus.

Fecha de publicación: 14 de marzo de 2012.

Los periodistas Óscar Martínez, Carlos Martínez, Sergio Arauz y Efren Lemus (2012), de El Faro, revelaron que treinta líderes pandilleros fueron trasladados a inicios de marzo de 2012, desde cárceles de máxima seguridad a otras donde podían recibir visitas y tener contacto físico con personas del exterior, debido a un pacto con el entonces ministro de Justicia y Seguridad, David Munguía Payés. El trato consistía en que los pandilleros bajarían el número de homicidios durante un mes, que coincidía con las elecciones seccionales y parlamentarias, a cambio de ciertos privilegios. Los periodistas aseveraron que, de acuerdo con varias fuentes consultadas, los pandilleros no solo iban a ser trasladados, sino que habría el ofrecimiento de 10 mil dólares para sus familiares y el suministro de varias comodidades en los penales. Munguía Payés había prometido en noviembre de 2011, cuando fue posesionado en su cargo, que reduciría el 30% de homicidios en un año, pero al primer semestre de gestión, en febrero de 2012, las cifras se estaban elevando. Según el reportaje, en ese mes iniciaron las negociaciones con los pandilleros y el plan fue dirigido por el coronel Simón Molina Montoya, quien había asesorado a Munguía Payés cuando este fue ministro de Defensa.


Para hacer las revelaciones, los periodistas entrevistaron a un pandillero apodado El Muchacho, que era el jefe de una célula de la Mara Salvatrucha 13; también recogieron el testimonio de varios agentes encargados de hacer inteligencia policial y penitenciaria; y accedieron a un informe secreto del Centro de Inteligencia Policial (CIP). El reportaje también se sustenta en fuentes oficiales, por ejemplo, una intervención pública del ministro Munguía Payés en la que explicó que la reducción de homicidios en marzo de 2012 respondía al despliegue de seguridad por las elecciones, y una entrevista al director general de Centros Penales, Nelson Rauda. Los periodistas dejan registrados sus esfuerzos para contrastar la información con Munguía Payés y su subalterno el coronel Molina Montoya, y las negativas que estos les dieron.

Un insumo importante para esta investigación fueron las estadísticas de homicidios, pues verificaron que la reducción de crímenes coincidió con el pacto revelado por las otras fuentes. Los periodistas presentan ese análisis así:

El Muchacho repite que desde el sábado están de vacaciones. Ese día se registraron 10 homicidios, cuatro menos que la media que mantenía el mes. El día siguiente, día de elecciones legislativas y municipales, se registraron seis, y algunas fuentes lo adjudicaron al despliegue policial para custodiar los centros de votación. El lunes de esta semana, una cifra sin precedentes en los últimos dos años: dos homicidios en todo el país ya sin el despliegue policial del día anterior. El martes, la tendencia se mantuvo: tres asesinatos en todo El Salvador. Este miércoles, a las 7 de la noche, la tendencia seguía siendo sorprendente: cinco homicidios. (Martínez, Martínez, Arauz, & Lemus, 2012)

Los registros de cinco días fueron comparados con la media del último mes y con las cifras absolutas de los últimos dos años para corroborar el cumplimiento del pacto.

Si bien el análisis estadístico está presente en el texto de la investigación, la parte gráfica no incluyó una visualización de esos datos. El trabajo presentó un gráfico con las fotos de los principales líderes de las pandillas, sus nombres, sus apodos, sus posiciones dentro de la organización delictiva y las cárceles en la que estaban recluidos. Dos técnicas narrativas son identificables en esta visualización: el uso de etiquetas para identificar a cada miembro y el uso de colores para enlazar el texto (el nombre de las cárceles) con las fotos de los pandilleros.

El apagón analógico

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