Читать книгу Tratado de agricultura. Medicina veterinaria. Poema de los injertos. - Paladio - Страница 4
INTRODUCCIÓN
ОглавлениеEn una fecha imprecisa de finales de la Antigüedad, un autor que se presenta como Paladio Rutilio Tauro Emiliano, escribió un libro de agricultura que cierra la serie de tratados agronómicos que, en Roma, había iniciado Catón. Tiempo después compuso un resumen más deslavazado sobre veterinaria y un poema barroco sobre el arte de injertar; obras ambas, a lo que sabemos, independientes una de otra y del tratado agrícola, que vienen a constituir sus scripta minora .
Su obra agronómica, heredera de una larga tradición latina, cartaginesa y griega, y escrita en una época de decadencia, es una compilación de las más importantes obras de agricultura, con algunas partes dedicadas a temas arquitectónicos. Pero está bien escrita, con concisión, y, sobre todo, está bien presentada: en forma de anuario agrícola, dividida en tantos libros como meses tiene el año más unas instrucciones generales al principio; subdividida en capítulos y con unos índices detallados de materias —como un libro de hoy—. Estaba destinada a ser la obra de consulta medieval sobre temas de agronomía; y lo fue, hasta el extremo de ser el único manual de agricultura al uso desde la temprana Edad Media —al compás del olvido en el que caían las obras de sus predecesores— transmitido hasta hoy por más de un centenar de manuscritos, glosas, resúmenes y noticias de eruditos del Occidente europeo y de la cultura árabe; tampoco desdeñado por los renacentistas, aunque a partir de ahí comienza a declinar su fama, oscurecida por la reaparición de las obras consagradas de sus maestros. Pero fue especialmente bien acogido en España, el primer lugar, que se sepa, donde esta obra fue glosada y posteriormente traducida.
Sobre estos puntos de estilo, fuentes y pervivencia de la obra vamos a tratar con algún detenimiento. Sobre el autor, poco puede conjeturarse que no haya sido conjeturado ya 1 :
Pocos datos pertenecen al terreno de los hechos y no al de las hipótesis. Entre ellos, su nombre: Paladio Rutilio Tauro Emiliano. Se conoce además su tratamiento de vir illustris , transmitido también por la mayoría de los manuscritos conservados; el nombre escueto del destinatario de su obra: Pasífilo (XV 1); las citas de autoridades (Columela y Gargilio Marcial, especialmente, junto a los «Graeci») y, por último, se han investigado los pasajes donde habla de sí mismo, que son reducidos, o, por lo menos, donde se expresa al margen de sus fuentes, intentando encontrar algún punto de luz en medio de este panorama que es todavía más oscuro cuando se rastrea alguna pista fuera de su propia obra: no hay ninguna mención segura ni del autor ni de su tratado hasta la de Casiodoro, que no aporta tampoco ninguna precisión sobre su biografía, pero constituye un término ante quem seguro para fijar la época de Paladio, que se sitúa, por tanto, antes de la fecha del De institutione divinarum litterarum —c. 540— y después del último de los autores que Paladio menciona como sus fuentes: Gargilio Marcial —c. 260— (Dalmasso 2 ), o incluso después Vindanio Anatolio —c. 360— (Gemoll 3 ).
Ciertas características de su manual harían retrotraer el término post quem a partir del s.IV /V , fechas en las que se tiende hoy a situarlo 4 : el hecho de que se trate de un compendio de escritos de agronomía y de construcción de la villa y sus dependencias se interpreta (Martin, ibid.) en el sentido de que la obra iba dirigida a un público de nuevos propietarios agrícolas, en los momentos, del s. IV en adelante, en que se produce el retorno de los propietarios a sus tierras. La forma de composición del Opus Agriculturae , distribuido en libros precedidos de un índice de capítulos, respondería al uso establecido por los libros de leyes, indudablemente cuando ya no se escribía en volúmenes sino en códices, como debió de ocurrirle al tratado de Paladio, y se señaló (Meyer 5 ) el Códice Teodosiano del a. 438, como modelo en la forma de este tratado agronómico. Por otra parte, la manera de enfocar el tema religioso, parecía ser la de un pagano de los últimos tiempos que se interesa por el panteón tradicional más por razones literarias que por creencias personales y sólo manifiesta vagamente su fe no cristiana en frases aisladas que muestran una actitud religiosa acaso monoteísta, teñida de estoicismo (Vessereau, cf. infra ), propia de los círculos paganos de época tardía.
También su tratamiento de vir illustris podría proporcionar otra pista de su cronología, retrotrayéndola hasta finales del Imperio, y de su persona: uno de los personajes llamados «Paladio» que se localizan en esa época y con tal título podría ser el escritor agrónomo, o acaso alguno de los que llevan el cognomen —o nomen — de Aemilianus , pero la identificación no es en absoluto segura. La búsqueda de algún Pasífilo en la prosopografía oficial de la época tampoco proporciona mayor fiabilidad 6 .
Los datos autobiográficos de su obra sólo indican que tenía propiedades en Cerdeña y en Nápoles —probablemente la ciudad sarda— 7 y también en Italia, cerca de Roma. Dalmasso 8 matizó que su manera de hablar de Italia indicaba que él era un provincialis , porque señalaba las prácticas agrícolas italianas como algo que no le era desconocido, pero tampoco propio. Junto a esta hipótesis razonable, se esgrimió otra más determinada: el origen galo de Paladio, que se apoyaría en la atención que presta a ciertos utensilios y sistemas de la Galia —argumento débil porque tales descripciones no siempre son originales 9 —; se apuntó esta misma procedencia por los capítulos finales de cada libro, donde habla de la duración de las horas, que según complejos cálculos matemáticos, indicarían que Paladio escribía desde una latitud equivalente al norte de la Galia 10 . Incluso se propuso identificarlo con un familiar de Rutilio Namaciano, cuyas palabras en De red . 1, 208 y ss., podrían aludir a nuestro Paladio 11 .
Se llegaba así, sumando supuestos, a una identificación muy precisa del autor, época, patria, fe religiosa, pero sólo en el terreno de la hipótesis.