Читать книгу Reparar (casi) cualquier cosa - Паоло Аливерти - Страница 11

Aprender a reparar

Оглавление

En junio de 2017 ayudé a organizar en Padua un minicurso de reparación inspirado en el Repair Café, es decir, un encuentro en el cual los participantes reparan electrodomésticos, objetos comunes, bicicletas y piezas de vestir. Se organizan de forma periódica en locales ya preparados, como pequeños talleres, con herramientas, soldadores e impresoras 3D. Un grupo de voluntarios ayuda a los participantes a llevar a cabo las reparaciones. La idea de los Repair Café fue de Martine Postma, quien, en 2009, organizó el primer evento en Amsterdam. El objetivo de estos encuentros es reducir los residuos tecnológicos, no derrochar y difundir la cultura del reparar y del reutilizar, creando puntos de agregación social. De hecho, los Repair Café tienen carácter «local» y de barrio. A partir de 2009, esta iniciativa se difundió por todo el mundo. Cualquiera puede abrir uno de estos puntos, afiliándose y aportando una pequeña contribución para poder utilizar el logo y el formato; actualmente, podemos encontrar Repair Café también en España, aunque con una representación muy reducida.

A diferencia de los encuentros oficiales, el evento en el que participé en Padua estaba organizado, en primer lugar, con una parte teórica y, después, con las actividades prácticas. La teoría sirvió para ofrecer una «pincelada tecnológica» a los participantes, con la idea de encaminarlos hacia la vía de la reparación en lugar de ofrecerles un punto de reparación en la ciudad. A pesar de la calurosa jornada y el clima ya vacacional, el centro Toselli de Padua se llenó de una docena de curiosos. Yo traté de guiarles, proponiéndoles un recorrido lo más simple posible.

El objetivo de estos encuentros no es tanto el de hallar a alguien que pueda reparar los objetos, sino más bien aprender a hacerlo uno mismo, un concepto bastante difícil de dar a entender. Sé algo de eso tras unos años de experiencia con los fablab, que seguramente se inspiran en una filosofía similar: son una especie de gimnasio superpreparado en el cual puede entrar cualquiera y, tras haber aprendido a utilizar las máquinas con seguridad, proceder a fabricar todo lo que desea. Desafortunadamente, la mayoría de las veces, los «visitantes» pretenden que alguien les ayude a fabricar algo y que les resuelva el problema, sin haber aprendido a hacerlo solos.

En el experimento de Padua, se explicó a los participantes durante tres horas la importancia de reparar y de «saber hacer», además de mostrarles técnicas básicas para crear piezas con una impresora 3D y técnicas electrónicas simples como soldar, desoldar y, sobre todo, reconocer los componentes. La tarea es realmente ardua cuando entre los participantes hay desde una ama de casa a un ingeniero, pasando por profesores, diseñadores y algún jubilado que siente curiosidad.

Para reparar algo es preciso saber cómo funciona. No se puede manipular un mecanismo o un circuito sin haberse antes familiarizado con él y, para ello, es necesario desmontarlo y observar cómo está fabricado y cómo se mueven las cosas en su interior: engranajes que giran, palancas que hacen clic, luces que se encienden, relés y otros diablos eléctricos y electrónicos. Para no sufrir daños, es importante trabajar con calma, sin prisas, para ser capaces de desmontar y volver a montar sin problemas. Para que entendieran el funcionamiento general, les propuse que reflexionaran sobre la función del objeto e intentaran esquematizar su funcionamiento, si era necesario, sobre papel. Cada participante traía un objeto propio para reparar con el cual poder realizar la práctica.

Tras haber seleccionado algunos de los objetos más interesantes y con alguna probabilidad de reparación, todos practicamos un poco aprendiendo a soldar y desoldar componentes electrónicos. Uno de los objetos a reparar era un lector de CD para DJ. Lo desmontamos porque se había caído y se había quedado un CD dentro, que no podía ser expulsado. El desmontaje no fue difícil y, tras pocos minutos, pudimos empezar a estudiar el complicado mecanismo de la bandeja del CD formado por un complejo sistema de palancas, muelles y engranajes. Nos dimos cuenta de que un pequeño diente de plástico se había roto por la caída. Este diente hacía de guía por una especie de palanca dentada que ahora salía de su espacio y bloqueaba el CD: la avería era mecánica.


Figura 1.1 – Un momento del evento Repair Café de Padua.

Con la impresora 3D intentamos imprimir unos pequeños «dientes» que pudieran mantener inmóvil la palanca. Tras unos intentos, el diente estaba en su sitio y el CD volvía a funcionar. Una intervención nada fácil, pero con un gran efecto entre los participantes, que se quedaron asombrados por la rapidez y la flexibilidad de uso de la impresora 3D.


Figura 1.2 – La reparación del CD durante el Repair Café de Padua.

Reparar (casi) cualquier cosa

Подняться наверх