Читать книгу El evangelio encarnado en la realidad - Pedro Trigo - Страница 9
1.2. Sentido de realidad y praxis trasformadora de la realidad
ОглавлениеLo más notable es que las cartas tratan de asuntos tocantes a la realidad. Y, más en concreto, a trasformaciones superadoras de la realidad. Para él, una parte fundamental de su ministerio es procurar que la gente tenga más vida y, para empezar, más elementos para vivir, que en ese caso eran caminos, carreteras y ferrocarriles, que hicieran posible sacar a las grandes ciudades los productos agrícolas perecibles, sin pérdida por el demasiado tiempo empleado y las malas condiciones del trasporte, y a bajo costo, y de este modo activar la producción y con ello el nivel de vida de la gente, ayudando a la zona a salir de su pobreza franciscana, como dice tantas veces. También, y para lo mismo, procuró acequias para riego. Y, más aún, iglesias que agruparan en sitios adecuados a una población dispersa. Otro medio para incrementar la vida en el que intervino muy activamente fue la educación, sobre todo de niñas, en la que podemos decir que fue pionero. Ocupa muchísimo tiempo y energías en hacer las diligencias para lograr todo esto, tanto en conseguir colaboradores y dirigir los trabajos y, por supuesto, recabar el dinero necesario, como en animar a la gente y sostener el entusiasmo a lo largo de los procesos.
Es muy consecuente con los colaboradores, muy agradecido. También es muy realista y en las exposiciones de motivos trata de combinar la ayuda desinteresada a los demás con la procura del beneficio del propio colaborador. Para él, el trabajo es algo muy grande y humanizador. Él conoce muy desde dentro el mundo de la producción, tanto agrícola como ganadera, y alude frecuentemente a comparaciones, sobre todo, de animales domésticos, y como realiza sus viajes en mula o caballo, se refiere muchas veces a detalles de esa cultura.
Tiene una gran tenacidad en sus objetivos y sabe ponerse en el lugar de las personas con las que trata; por eso, sus estilos epistolares son muy variados, desde lo más pintoresco a lo más formal, pasando por lo entrañablemente humano. Sin embargo, en las cartas va directo al grano, priva completamente lo denotativo, lo mostrativo y, cuando es necesario, lo descriptivo; los argumentos y los sentimientos van dirigidos también a patentizar la realidad y situarse proactivamente en ella. Aunque es gradual cuando busca comprometer a las personas. Sabe partir desde donde están, para llevarlas paso a paso a sus propuestas.