Читать книгу Trastorno por déficit de atención con hiperactividad - Rafa Guerrero - Страница 7
Introducción
ОглавлениеEl trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es un trastorno que en la actualidad está en boca de todo el mundo. Todos hablamos en relación a este trastorno que parece que se ha puesto de moda en los últimos años, pero que tiene una larga historia, como veremos en el primer capítulo del libro. Todos opinamos sobre el trastorno por déficit de atención pero pocos saben realmente lo que es de una manera científica. Como bien dice el neurólogo Alberto Fernández Jaén, todo lo que no sea ciencia es un prejuicio. No es más que una opinión y, como tal, cargada con un tinte subjetivo. Dado que el TDAH no tiene un marcador biológico o una prueba que determine si el niño lo padece o no, genera una gran cantidad de prejuicios y mitos en relación con él. A diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, con el síndrome de Down o con un niño con discapacidad motora, el TDAH no es observable, lo que implica un mayor grado de incomprensión y especulación.
Además de que la sociedad en general opine y hable sobre el TDAH, en los centros escolares es uno de los diagnósticos más frecuentes. Tanto los maestros como los profesores y miembros de los departamentos de orientación se muestran sensibilizados para atender, con las máximas garantías, a los niños con TDAH con el objetivo de que tengan un desarrollo escolar lo más normalizado e integrador posible. Tal es el movimiento que suscita este trastorno que la FEAADAH (Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención con Hiperactividad) ha solicitado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) que declare un día mundial de sensibilización del TDAH.
Entre tanto movimiento y preocupación en relación con este trastorno, no faltan diferentes enfoques y maneras de entender el TDAH. Desde los profesionales que aportan datos científicos sobre los genes que codifican este trastorno hasta los que, sin negar su existencia, denuncian el sobrediagnóstico que hay acerca del TDAH. En el extremo opuesto nos encontramos con un grupo de profesionales de diferentes ámbitos que sostienen que el TDAH no existe y que es producto de la industria farmacéutica. Por lo tanto, nos encontramos con posturas para todos los gustos en relación con el TDAH, aunque la mayoría de expertos defiende su existencia y se apoya en una abundante cantidad de datos experimentales y científicos que así lo avalan. Algunos autores señalan la gran cantidad de casos de niños que han sido diagnosticados de TDAH sin serlo en realidad. En ocasiones, niños con problemas en el vínculo afectivo con sus padres o con deficiencias perceptivas visuales y auditivas han llegado a ser etiquetados como TDAH. Además de esto, a una gran cantidad de chicos se diagnostica TDAH en consultas públicas y privadas después de que el profesional haya visto al niño y a los padres durante 15 minutos o después de que los padres hayan rellenado un sencillo cuestionario. Este hecho es bastante preocupante. No podemos tolerar que se esté evaluando a niños en 10 a 15 minutos de consulta y que enseguida les estemos dando un diagnóstico. La evaluación, como se defiende en este libro, es un proceso serio que requiere tiempo para poder hacer un buen diagnóstico o descartar la posible patología. Si no hacemos un buen proceso de evaluación, las pautas educativas y el tratamiento multidisciplinario que requiere este trastorno estarán abocados al fracaso. Es como querer construir un edificio alto y robusto sin invertir tiempo en su base.
Uno de los puntos donde los autores especializados no coinciden es en el nombre que se le da al trastorno. Para algunos, es claramente un trastorno. Algunos teóricos hablan de espectro, ya que entienden que, al igual que en la vida, los trastornos no son cuestión de blanco o negro, sino que hay modalidades de grises (escalas). Otros abogan por la idea de síndrome, ya que si se toman las medidas y adaptaciones necesarias, no tiene por qué convertirse en un trastorno que afecte a la vida cotidiana en sus múltiples aspectos, pues su funcionamiento es completamente normal. Supongamos que estamos impartiendo una clase a un grupo de niños de diez años. Vamos a escoger a un niño que lleve gafas y que esté en la última fila del salón de clases. Le pedimos que se quite las gafas. Acto seguido, nos acercamos al pizarrón y escribimos una palabra cualquiera. Si le pedimos que lea la palabra, le va a resultar imposible hacerlo. En el momento que le dejamos que se ponga las gafas, podrá leer la palabra del pizarrón sin problemas. Con este sencillo ejemplo vemos lo común que es tener dificultades en la vida cotidiana y lo fácil que es ponerle remedio. En este caso, con el sencillo acto de ponerle gafas a un niño, le permitimos seguir la clase y ver lo que escribe el profesor en el pizarrón. Siguiendo con la explicación anterior, el hecho de que tengamos un déficit o un síntoma no quiere decir que tengamos un trastorno, ya que hemos puesto las medidas necesarias para evitar ese trastorno. Como comentaremos a lo largo del libro, el hecho de que el niño manifieste una serie de síntomas no significa que esto implique un trastorno. Por ejemplo, para la etapa preescolar, el hecho de que un niño sea inquieto y activo no suele representar un problema, como sí que lo es en la etapa escolar de educación primaria.
Como en la gran mayoría de temas de actualidad y relevancia, existen muchos mitos en relación con el TDAH. Desde los mitos que tienen que ver con que esta patología es una consecuencia de la falta de normas y educación por parte de los padres hacia sus hijos hasta las ideas más radicales en torno a los efectos que llegan a provocar los medicamentos que toman los niños con TDAH. Muchos de estos mitos se desarman en el primer capítulo del libro.
A lo largo del presente libro se hace hincapié en la importancia de que los padres estén formados en la larga e ilusionante aventura que tienen por delante: ser padres y atender las necesidades de sus hijos. Me llama poderosamente la atención que, en la sociedad en la que vivimos, nos exigen hacer cursos para absolutamente todo: curso de manipulación de alimentos, curso prematrimonial, curso de preparación al parto, curso para entrar a trabajar en una empresa, etcétera. Hay cursos para todos los gustos menos para ser padres. Como decimos habitualmente, los niños no vienen con un manual de instrucciones debajo del brazo al nacer. Y así es.
Tanto los profesores como los padres en casa debemos estar muy atentos, nunca mejor dicho, para detectar posibles casos de déficit de atención. Como señala la psicóloga clínica Begoña Aznárez, psicóloga de la Sociedad Española de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, existen cuatro aspectos que debemos tener en cuenta a la hora de detectar posibles casos nuevos:
a)
Cómo se alimenta el niño pequeño.
b)
Hábitos y calidad de sueño.
c)
Comportamiento y rendimiento académico del niño en el colegio o escuela infantil.
d)
Si el niño tienen algún síntoma significativo (nerviosismo, tics, desatención).
Afortunadamente, el ser humano tiene una gran capacidad para el aprendizaje y todos sus conocimientos y experiencias se almacenan de manera efectiva en la corteza cerebral. Tal y como señala José Manuel García Verdugo, catedrático de Biología Celular de la Universidad de Valencia, los reptiles están constantemente regenerando sus neuronas, ya que apenas tienen sitio en la corteza cerebral para almacenar la información. Esto implica que el aprendizaje a mediano-largo plazo de un reptil es bastante escaso, debido a que sus neuronas mueren y han de ser sustituidas por otras nuevas que generan las células madre. En cambio, los humanos no disponemos de una neurogénesis tan prolífica como la de los reptiles, pero sí tenemos un lugar muy grande de almacenamiento en la corteza cerebral, en concreto en el córtex prefrontal. Gracias a esto, tanto los padres y maestros como los propios niños encontramos un aliado perfecto para superar nuestras limitaciones y dificultades. Nuestro incalculable poder de almacenaje y superación nos ayuda a ir sorteando los diferentes obstáculos que nos encontramos en la vida.
El presente libro trata de recopilar y exponer de manera sencilla y científica los conceptos fundamentales para la comprensión del TDAH, así como una larga lista de pautas prácticas y actividades para los familiares, maestros y profesionales que tratan, codo a codo, con los niños con TDAH. El objetivo de este libro es comprender de una manera profunda qué es el TDAH, cómo se manifiesta y qué orientaciones podemos llevar a cabo para trabajar diferentes funciones y procesos psicológicos que están afectados en estos chicos.
Además de querer que el lector acabe de leer el libro con un gran conocimiento en cuanto a todo lo que es y rodea al TDAH, también quiero proveer a los padres, maestros y profesionales de herramientas para hacer frente a las dificultades que presentan los niños con TDAH. Espero conseguir cumplir estos dos objetivos y que el lector disfrute de la lectura tanto como lo hice yo escribiendo.