Читать книгу Nuevas normatividades: Inteligencia Artificial, Derecho y Género - Rafael Fernández Acevedo - Страница 19
VI. CONCLUSIÓN
ОглавлениеAsistimos a una auténtica disrupción en nuestra sociedad, derivada en gran medida de dos frentes diversos que a la vez confluyen, me refiero, de un lado a la nueva relación entre los ciudadanos y los poderes públicos, en particular, la Administración, y, de otro, la transformación digital.
Dentro del primer aspecto destaca la idea francesa de ciudadanía administrativa, pues refleja, a mi juicio, de forma muy acertada los parámetros de lo que podría denominarse como el derecho de todos a participar en la vida de la Administración y en los procesos de toma de decisiones que se implementan a este nivel97; lo que a su vez conecta indefectiblemente con la noción de buena administración, en cuanto contribuye a una mejor toma de decisiones, pues, de un lado, responderá de forma más adecuada a las demandas de la sociedad, y, de otro, contribuirá a dotarlas de una mayor legitimidad y, por ende, a una mejor aceptación de las propias decisiones.
Por su parte, la revolución digital coadyuva a la realización efectiva de esa ciudadanía renovada, ofreciendo nuevas herramientas que facilitan su ejercicio, aunque no sin importantes riesgos, como la brecha digital. Otro aspecto vinculado las nuevas tecnologías que, ha irrumpido con fuerza en los últimos años, es el de la utilización de la inteligencia artificial y, en particular, de los algoritmos. Sin duda, es un recurso que puede ayudar en el objetivo de una mejor toma de decisiones y, por tanto, a la satisfacción de la buena administración, por ejemplo, manejando una cantidad de datos que de otro modo sería inviable.
No obstante, la realidad ha puesto de manifiesto que tampoco es una cuestión ajena a la polémica ni inocua y que es preciso afrontar, por ello, su regulación, así como disponer de mecanismos que detecten y eviten la discriminación algorítmica, una de cuyas variantes es la que se refiere a la perspectiva de género, por ejemplo, a través de auditorías98, de certificaciones, de evaluaciones de impacto, etc., sin olvidar la importancia de la transparencia y la motivación, pues sin conocer ni comprender cómo se toman las decisiones nuestra tutela judicial efectiva puede quedar herida de gravedad.
En conclusión, el empleo de los algoritmos en el sector público puede contribuir al logro de una buena administración y al ejercicio efectivo de la ciudadanía administrativa, pero debe hacerse de forma adecuada y prudente para no vulnerar uno de los derechos más esenciales, como es el de igualdad, y con ello ahondar en unas diferencias ya de por sí intolerables que solo vulneran y hieren una auténtica idea de ciudadanía99.