Читать книгу Teorizando desde los pequeños lugares - Roberto Almanza Hernández - Страница 9
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1. Enfatizo aquí en “colonial” para dejar abierta la posibilidad de que ello no solo se refiere al encuentro entre europeos y los pueblos del hemisferio occidental, tal como está planteado el problema, sino, por el contrario, se refiere también al carácter colonial mismo de este encuentro. Además, esto deja abierta la posibilidad de que los encuentros anteriores a 1492 pudieron no haber tenido el mismo carácter colonial.
2. Por supuesto, mi perspectiva aquí sobre el colonialismo hace la distinción central europeos/no europeos y aún más entre europeos, mujeres, pobres, homosexuales y discapacitados, donde todos ellos, de diferentes formas, son ejemplificaciones de este “otro humano del hombre”
3. Esto no implica que fue un proceso simple o sencillo, ni implica negar que existen reales y significativas diferencias internas al interior de Europa. Pongamos un simple ejemplo: el estatus de España como europea, desde el punto de vista de los europeos del norte, fue, siempre y de muchas maneras que aún están presentes, significativamente dudoso (véase Greer, et. al., 2007). Con ello no queremos sugerir que Europa se ha desarrollado al mismo tiempo y de una sola vez bajo una identidad monolítica libre de tensiones internas (y aun de contradicciones), sino que llama la atención por relevante que dichas diferencias internas fueran mucho menos sobresalientes fuera o al exterior de Europa.
4. En mi propio trabajo he descrito este “sentido del yo” como uno en el cual el hombre europeo se concibe a sí mismo como la más pura forma de lo humano y el colonialismo como un esfuerzo por purificar el mundo, llevándolo bajo el dominio de la más alta y la más pura manifestación de humanidad (consúltese Monahan, 2011, pp. 53-182).
5. Mi uso aquí del pronombre masculino es un reconocimiento deliberado de la manera como la mujer es concebida como constitutivamente incapaz de tal racionalidad y autonomía. Véase Lloyd (2005).
6. La manera que utilizo aquí “rebelde” se debe a Falguni Sheth en su libro Hacia una política filosófica de la raza.
7. Las fuentes asiáticas son un poco mejores, sin embargo, presentan problemas semejantes.