Читать книгу Aprende rápidamente idiomas. Consejos y ejercicios para entender, leer y hablar - Roberto Tresoldi - Страница 9

Capítulo 2
Los cinco grandes enemigos
Soy tímido y no consigo comunicarme con los extranjeros

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Llegamos al punto más candente: si es cierto que la relación con los extranjeros (o con las personas que hablan la lengua que deseamos estudiar) es importante, resulta que constituye, en ocasiones, el mayor problema para aquellas personas (¡y son tantas!) que se sienten intimidadas por el uso de una lengua extranjera, que tienen dificultades para aproximarse a los demás, que se sienten cohibidas o que, sencillamente, no quieren manifestar ante los demás esa timidez que padecen (sobre todo frente a sus propias familias o ante la empresa en la que trabajan).


Timidez y dificultad de interacción


Debemos entender, en primer lugar, por qué tenemos en general esta dificultad: ¿se trata de algo que sólo nos pasa al utilizar una lengua extranjera, o también nos ocurre habitualmente cuando nos relacionamos con personas que hablan nuestra lengua? Está claro que si desde hace tiempo tenemos problemas de timidez o ciertas dificultades de interacción con los demás, también es normal que tengamos las mismas dificultades en la relación con los extranjeros.


Transformar los problemas en oportunidades


Intentemos ver esta cuestión no como un problema, sino como una oportunidad (como dicen con frecuencia los norteamericanos: «No existen problemas, sólo existen oportunidades», aunque a veces sean «oportunidades» un poco… «problemáticas»). Si sufrimos timidez, dificultades de interacción con los demás, si nos apuramos por una nadería…, el estudio de una lengua extranjera y su práctica son una de las mejores medicinas que se conocen.

Cuando alguien me dice: «Pero si es en esa situación en la que me siento más azorado», le respondo con el siguiente ejemplo: conozco a un joven muy tímido que había comenzado a estudiar alemán con gran entusiasmo e ilusión. A medida que aumentaban sus conocimientos de la lengua, cada vez más los demás le transmitían su admiración, de manera que iba cambiando su actitud en la relación con los otros: había pasado de ser el hazmerreír de todos a ser un personaje a respetar: «Es muy competente, sabes, se ha puesto a estudiar alemán…» A medida que pasaba el tiempo, su seguridad aumentaba hasta tal punto de que superó la timidez inicial y obtuvo excelentes resultados no sólo en el uso del alemán, sino también en sus relaciones con la gente, extranjeros incluidos.


Lecciones individuales


Sin embargo, aunque muchas personas estén de acuerdo en esta realidad, no saben por dónde comenzar; ¿qué hay que hacer para romper el hielo? Existen diferentes formas: la primera es gastar alguna cantidad de dinero en recibir algunas lecciones individuales con un nativo. No sólo obtendremos progresos en el aprendizaje de la lengua hablada, sino que comenzaremos a relacionarnos con un extranjero, procedente del país cuya lengua queremos aprender y que, necesariamente, se convertirá ante nosotros en un representante de aquel país. Lección tras lección, dialogando largos ratos, aunque sea de cosas sencillas, irán desapareciendo las barreras de inseguridad e incomprensión, conoceremos las costumbres, las formas de hablar, los modos típicos de comportarse de las personas de ese país. Todo ello constituye una práctica clave de lectura y un excelente instrumento para relacionarse con los demás.


Aperitivos en lengua


Un segundo método, seguramente más económico y divertido, es fruto precisamente de la capacidad emprendedora de alguien que ha sabido sacar ventajas de la necesidad de las personas de comunicarse en lengua extranjera. Se trata de los llamados aperitivos en lengua: varias personas se reúnen en un local en torno a una mesa a la hora del aperitivo y, mientras consumen algún tentempié regado con alguna bebida, conversan entre sí en la lengua deseada, ayudados en este empeño por algún nativo de esa lengua que dirige la conversación. No se trata de recibir auténticas lecciones en el sentido tradicional del término, sino de relajadas conversaciones, aunque conducidas y organizadas, que pueden durar tranquilamente un par de horas. Una alternativa al aperitivo en lengua son las conversaciones a la hora de la comida: el mecanismo es el mismo, pero, con frecuencia, los grupos son más restringidos y aglutinados por un profesor que se dedica al grupo de alumnos durante la comida.


Iniciativas culturales y sociales


Veamos, finalmente, un método, sin duda, muy útil, no sólo para superar el problema del que venimos hablando, sino también para socializar mejor con los demás, en general. Existen algunas instituciones dedicadas a la difusión de las lenguas extranjeras, a menudo sostenidas por los propios países, que organizan numerosas iniciativas culturales y sociales, con el fin de dar a conocer más y mejor el país al que pertenecen y, fundamentalmente, su lengua y su cultura: entre estos podemos recordar, por ejemplo, el Centre Culturel Français, el Goethe Institut, el Instituto Italiano de Cultura, el Instituto Cervantes, el British Council, además de que la mayoría de los países, y desde luego los más importantes, disponen en nuestro propio país de embajadas y consulados que, en ocasiones, organizan además cursos de lengua en diferentes ciudades. Normalmente, además de organizar cursos de lengua y preparar exámenes para las diferentes certificaciones, organizan conferencias, muestras y exposiciones, proyecciones cinematográficas y disponen, a veces, de magníficas bibliotecas y hemerotecas.

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