Читать книгу ¿Rendirse? ¡Jamás! Y otras historias - Roger Condori - Страница 13
Pasajero de tercera clase
ОглавлениеAsí que de buena gana gastaré todo lo que tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes. Si los amo hasta el extremo, ¿me amarÁn menos? (2 Corintios 12:15).
En una estación de tren se vendían tres tipos pasajes para un servicio rápido: primera, segunda y tercera clase.
Al llegar la hora de iniciar el viaje, todos los pasajeros subieron a un mismo coche. Entonces, los que habían pagado por la primera clase protestaron por este injusto trato, pero los empleados de la compañía los calmaron con la promesa de que, durante el viaje, se notaría la diferencia.
Habían viajado algunas horas, cuando llegaron a una cuesta muy empinada; el motor hacía mucho esfuerzo por ascender, hasta que no pudo más y se detuvo. Entonces, el conductor dijo en voz alta:
–Señores pasajeros, la máquina ya no puede más y, si no hacemos algo por ayudarla, nos quedaremos indefinidamente en este lugar solitario.
–Y ¿qué es lo que podemos hacer nosotros? –preguntaron los pasajeros.
–Quienes compraron boletos de primera clase permanecerán sentados en sus asientos –respondió el conductor–. Los que tienen boletos de segunda clase deberán caminar hasta la cumbre, y quienes compraron boletos de tercera tendrán que ayudar a empujar el coche.
Todos comprendieron que esa era la forma de hacer justicia en aquel viaje.
Recuerda
¿Qué tipo de pasajero eres?
Muchas personas pretenden ser de primera clase y se sientan cómodamente a mirar el desarrollo de los acontecimientos. Les gustan de ser servidos por los demás y recibir consideración por parte de sus amigos y sus vecinos.
También están quienes caminan solos y aparentan no necesitar de nadie; tampoco sienten la necesidad de ayudar a los demás. Estos son los pasajeros de segunda clase.
Finalmente, están aquellos que ponen todo su esfuerzo al servicio del Señor. No les importa ser de “tercera clase”, no aspiran a cargos altos y no buscan consideraciones. Simplemente, se gozan en servir a su Dios sin buscar ser servidos.
¿A qué clase perteneces? Solo tú tienes la respuesta. Ojalá seas parte de los que se gozan en servir a Dios con los talentos que él te ha dado.