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¿Soluciones mágicas?

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¿Existen las soluciones mágicas o se dan y parecen mágicas?

Creo que existen para quienes eligen creer en la magia en lugar de tratar de descubrir el truco.

Hoy en día, está de moda el soltar, como el árbol se desprende de sus hojas. Aunque puede ser confuso eso de andar “soltando” sin elegir con qué nos queremos quedar. Porque no vivimos solos en una isla, tenemos un entorno, tenemos un “otro” cerca. Y el más cercano es el entorno familiar.

En ese entorno se desarrollaron las raíces, las costumbres y ritos ancestrales que permanecen en el inconsciente (o en el yo consciente inclusive) y que conforman la base de ese “yo” que luego será árbol.

Las raíces van a estar siempre, si no, caemos. Ellas nos enlazan con la tierra, con la naturaleza, con el origen de semilla, de ese primer soplo de vida.

Cuando comprendemos esto y dejamos ya de culpar a nuestros padres, abuelos, tíos, hermanos de nuestras decisiones desfavorables, entonces aparecen las soluciones. ¿Mágicas? Tú decides como denominarlas.

De las raíces, surge el tronco, el cuerpo del árbol. Y ahí entra a tomar relevancia en el juego de la vida la enseñanza, la cultura, los valores, las amistades, los libros que se leen... las elecciones, en definitiva.

Si puedes verlo y empezar a tomar tus propias decisiones, sin juzgarte ni castigarte en el caso de que no salga como esperabas, aunque resultó que era lo que necesitabas… no lo juzgues. Disfrútalo.

Si vas a soltar, que sea la culpa y el resentimiento, suelta eso de andar buscando culpables y abraza fuerte la oportunidad de ver siempre soluciones.

Si vas a soltar, que sean esos enojos guardados que enferman el alma y pueden llegar al cuerpo con dolencias.

Si vas a soltar, que sea la victimización, y toma con fuerza la protagonización de tu historia.

Si vas a soltar algo, que sea tu pelo, tu ropa, tu cuerpo, para despeinarte, para andar cómodo, para bailar.

Suelta lo que pesa, suelta el pasado traumático, suelta esas situaciones que te lastimaron y que hoy, al recordarlas, te contracturan. Suelta lo tóxico que albergaste sin saberlo siquiera y aférrate a ti mismo. Cuídate con amor. Priorízate.

Abrázate hoy sinceramente, como nunca has abrazado a nadie.

Siente tus latidos, pon la mano en tu corazón y bendícete, que TÚ eres lo más importante para ti mismo.

Porque, si vas a amar, primero debes sentir amor por ti.

Si vas a cuidar a alguien o de alguien, debes saber cuidarte tú antes.

Y, si vas a vivir, que sea tu vida, y de ninguna manera la que otros esperan de ti.

Sé libre, sé autentico, sé quien quieras ser.

Permiso

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