Читать книгу El poder de los ángeles - Rubén Zamora - Страница 10
ОглавлениеLas órdenes celestiales
Cuando el hombre
no necesite más
la ayuda de los dioses,
entonces será Hombre.
Aunque una de las premisas del cristianismo primitivo, que supuestamente adoptó la Iglesia Católica, consiste en rendir culto a un Dios primordial, sin nombre ni rostro, todo rectitud y todo luz, la iconografía cristiana, nutrida de casi todas las creencias de todo el mundo, es una de las más ricas e interesantes.
Miles de santos, vírgenes, cristos, ángeles y arcángeles, pintados y esculpidos de una y mil maneras, hacen milagros y cumplen promesas a los millones de fieles, cristianos y no cristianos, católicos y no católicos, que se acercan hasta ellos con un mínimo de fe.
Los ángeles y los arcángeles, al igual que Dios, han perdido buena parte de su protagonismo milagrero por culpa de las vírgenes y los santos que pueblan el mundo, quizá porque estos últimos están más cercanos a las referencias culturales y a las necesidades inmediatas de la gente común y corriente.
Los grimorios mágicos, con sus complicadas fórmulas de invocación, tienen buena parte de esta culpa, ya que no toda la gente está dispuesta a realizar rituales extraños para poder conseguir los favores de los más altos representantes del cielo
Para pedir un milagro a la Virgen del Rocío o al Cristo de los Gitanos, o incluso a San Roque, no hace falta más que rezar y pedirlo, sobre todo si el fiel acude a las procesiones en las que se rinde culto a estas efigies religiosas. Y si es tan sencillo sentirse protegido y ver cumplidos los milagros para qué molestarse en aprender nombres raros y fórmula disparatadas.
Hasta hace no muchos años, cuando la gente asistía más a misa y se preocupaba más de la religión que de la televisión, era habitual que las personas supieran quiénes eran los Serafines y los Querubines, mientras que hoy en día se piensa que Serafín es un nombre feo, y Querubín, una forma cursilona de denominar a un bebé hermoso.
Pero esto no es así, en realidad los Serafines y los Querubines son ángeles que pertenecen a la Tríada Superior, es decir, los ángeles que están más cerca de Dios, junto con los Ofanines o Tronos.
Tríada Superior
Serafines — Querubines — Tronos
A este nivel, estos seres angelicales se dedican a contemplar a Dios y a cantar para él letanías eternas que tienen como fin ir creando almas y mundos hasta el final de los tiempos.
Tríada Intermedia
Dominaciones — Virtudes — Potestades
Estos ángeles se dedican principalmente a dar forma a las creaciones de sus predecesores, formando, personalizando y caracterizando las obras de Dios.
Tríada Inferior
Principados — Arcángeles — Ángeles
Su misión es la de preservar, cuidar y defender las obras de Dios, luchando contra los enemigos del Creador, como verdaderos guerreros celestiales si hace falta.
Desde el punto de vista material, es decir, desde nuestro punto de vista humano, la Jerarquía Celestial se invierte aparentemente en importancia. Esta polarización de posiciones ha confundido a cientos de autores a través de los años, ya que no comprenden cómo puede ser que un Serafín, que se dedica a tocar las trompetas celestiales para mayor gloria de Dios, también sean los primeros en contactar con los hombres.
Veamos cómo se invierte este orden cuando los ángeles se relacionan con los seres humanos: