Читать книгу El poder de los ángeles - Rubén Zamora - Страница 7
ОглавлениеLos Beni Elohim
Los Beni Elohim, o los hijos de los Elohim, fueron los ángeles que se mezclaron con las hijas de los hombres dejando su simiente divina entre los hombres.
Una de las preguntas básicas de todos los niños que practican la religión católica, se refiere a cómo pudieron Adán y Eva repoblar la Tierra por sí solos, sin caer en la más reprobable de las endogamias. Es decir, cómo es posible que solo dos personas con un hijo (tras la muerte de Abel) pudieran dar lugar, ya no solo a las doce tribus de Israel, sino a la humanidad entera.
Ni los sacerdotes, y mucho menos las catequistas, se refieren en ningún momento a los Elohim, a los hijos de los Elohim, o a los edomitas, y dejan que los niños piensen que Eva tuvo más hijos que se casaron entre ellos para dar lugar a la repoblación de la Tierra, practicando el incesto hasta el hartazgo. Cuando, según las leyendas que se pueden leer en la misma Biblia, los hijos de Adán y Eva, que en realidad fueron más que Caín y Abel, pues Seth fue algo tardío, pero el tercero, se mezclaron con los edomitas, los jebuseos, los cananeos y con los hijos de los ángeles y muchas otras mujeres que poblaban la Tierra más allá del Paraíso. Hay que tener en cuenta que la Tora, el Pentateuco, Antiguo Testamento o Biblia, es originalmente un documento hecho por los hebreos para el pueblo de Israel, y no para el resto del mundo.
Los otros pueblos que habitaban la Tierra, para los israelitas, no eran humanos, sino goyim, o perros, que no pertenecían a la Creación de Eli, su gran Dios.
Es muy posible que los jerarcas eclesiásticos, antes de que en el siglo II a. C. se diera forma a los textos sagrados, compilando unos y rechazando otros, creando lo que ahora conocemos como Antiguo Testamento, fueran más explícitos con su parroquia y que contaran a sus fieles una cosmogonía menos oscura y más lógica, pero desde que los grandes imperios hicieron su aparición en la Tierra, el ocultismo veló lo más básico de las enseñanzas religiosas.
En otras palabras, parece que a partir del II siglo a. de C., los ángeles dejaron de tener la debida comunicación e influencia sobre los hombres.