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Guachichiles

y franciscanos



Por problemas de presupuesto en el Consejo Editorial del Estado, se vio retardada la salida de un nuevo libro del maestro Lucas Martínez Sánchez, Guachichiles y franciscanos, el cual contiene temas históricos de principios de la época colonial.

Este joven historiador es muy prolífico y desde hace algunos años tiene a bien elaborar uno o dos libros por ciclo de diferentes tópicos, que van desde leyendas de Monclova hasta biografías de héroes nacionales y de revolucionarios coahuilenses.

En esta ocasión Lucas nos entrega un libro que resume una investigación de legajos antiguos que corren de los años de 1586 a 1663 en archivos religiosos de Charcas, San Luis Potosí.

De 348 páginas, en gran formato, de 17 por 24 cm, con un prólogo de nuestro amigo el Dr. Carlos Manuel Valdés, e ilustraciones de Omar Campos Hernández, el libro se encuentra dividido en nueve capítulos y un extenso anexo documental.

Para efectuar este estudio, Lucas investigó una amplia bibliografía y se documentó en archivos nacionales y extranjeros. Hizo también uso de archivos digitales y de registros que documentaron los mormones.

También es de admirar el trabajo de paleografiado (ciencia que permite descifrar las escrituras antiguas) de escritos de finales del siglo XVI hasta mediados del XVII.

El libro más antiguo del convento de Charcas da mucha información sobre los chichimecas y los grupos que fueron evangelizados por los curas franciscanos y que, al bautizarlos, anotaban el origen del individuo, su nuevo nombre pero también el nombre que tenía en su tribu.

Gracias a estos datos se conoce el registro de 14 etnias que son las siguientes: chichimecas, negritos, guachichiles, bosales, tocas, borrados, alazapas, imañoa, rayados, juquialan, pisones, amuegui, cazuiaman y vocalos.

Lucas menciona al franciscano fray Juan García como el religioso que, al bautizar, no sólo preguntaba el nombre, sino la parcialidad a la que pertenecía el bautizado.

En los alrededores de Saltillo quedan algunos nombres que quizá provienen del lenguaje común de los chichimecas, en este caso de los guachichiles en la sierra de Zapalinamé y en Jamé, que es una comunidad de Arteaga, Coahuila.

El texto llena un enorme hueco que existía sobre el tema indígena norteño de los guachichiles. El trabajo que se despliega es novedoso y pleno de datos y significados.

En el anexo documental (p. 243), el maestro Lucas destaca un reporte elaborado por Pedro de Ahumada (1562) al virrey Luis de Velasco, donde le informa de la rebelión de los indios zacatecos y guachichiles y “la alteración que pusieron en todo el reino […]”. Describe a los guachichiles como: “[…] gente que andan desnudos hechos salvajes, no tienen ley ni casas ni contratación, ni labran la tierra ni trabajan más que en la caza y de ella y de los frutos silvestres y raíces de la tierra se sustentan […] Su principal mantenimiento son las tunas y mezquites […]”.

El libro bien vale la pena para estudiosos en la materia y todo aquel que le guste ahondar en la vida de los cazadores–recolectores del semidesierto mexicano.

El maestro Lucas ha escrito su mejor obra hasta el momento, y esperamos con ansia la publicación de otra en un futuro no lejano.

Antigüedades coahuilenses

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