Читать книгу El Señor encarnado - Thomas Joseph White - Страница 6
ОглавлениеEn él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y la luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no lo recibió.
Jn 1,4–5
La sugerencia medio adivinada,
el don semientendido, es la Encarnación.
Aquí se vuelve real la mezcla imposible
de las esferas de existencia.
Aquí pasado y futuro se conquistan y reconcilian.
T. S. Eliot,
The Dry Salvages
Si crees en la divinidad de Cristo,
tienes que apreciar el mundo,
al mismo tiempo que luchas por soportarlo.
Flannery O’Connor,
Letter to A., otoño 1955
Vi yo, sobre millares de lucernas,
un sol que a todas las encendía
como el nuestro a las estrellas;
y por la viva luz transparentaba
la luciente sustancia clara
en mi rostro, que no la sostenía.
¡Oh, Beatriz, dulce guía y cara!
Ella me dijo: «El que te supera
es virtud de la que nada se repara.
Allí son la sapiencia y la potencia
que abrió sendas entre cielo y tierra,
de las que fue tan larga la esperanza».
Dante, Paraíso, XXIII