Читать книгу Historia de las bochas 1919-1955 - Ulises Pastor Barreiro - Страница 6

Prólogo

Оглавление

Boca Juniors me regala permanentemente un sinfín de cosas, todas especiales. Un sinfín de experiencias y vivencias maravillosas, como el conocer a cientos de personas. Algunas muy especiales, de “esas” que engrandecen el conocimiento y entibian el corazón. Así fue como conocí al autor de este libro, quien llegó un día con una pila de libros para donar y enriquecer el fondo bibliográfico de la biblioteca, y, entre charlas, libros y algún café, fuimos descubriendo horizontes similares. Por eso, cuando Ulises me invita a escribir el prólogo de su libro Historia de las bochas 1919-1955 en Boca Juniors, me sentí sorprendida y halagada. Pero había un gran inconveniente… no tenía conocimiento alguno de este juego. No obstante, acepté el desafío. Así comencé a ahondar en el terreno de un deporte desconocido, así pude aprender algo nuevo y muy beneficioso. Descubrí que el juego de bochas es antiquísimo, quizás uno de los juegos más antiguos atribuidos a la humanidad. Se cree que entre el 5500 al 5200 años antes de la era cristiana se practicaba un juego similar en forma rudimentaria, que se difundió rápidamente en claustros, castillos y todo terreno libre, que devino en campo de contiendas entre participantes y que, tal fue la popularidad que alcanzó, que los médicos aconsejaban su práctica como ejercicio vigorizador. Hallé que jugar a las bochas es un deporte entretenido, humilde en sus manifestaciones físicas, que esconde una riqueza sin límites en su conformación espiritual, que impone educación deportiva a quien lo practique, que sus enseñanzas conducen a buscar el perfeccionamiento y la transformación. Ulises es un educador nato porque en su constante accionar crea conciencia colectiva de superación. Fiel espejo de un firme investigador, su habilidad de observación, su perseverancia recorriendo bibliotecas y clubes, entrevistando personas, con gran aptitud para escuchar y muy buena práctica del feedback, ha podido rescatar y poner en valor un sinfín de facetas, detalles que estaban ocultos por la telaraña del tiempo que supo desempolvar y mostrar. Investigador de fuste, producto de su enorme trabajo, fue descubriendo perlas valiosas, deportistas increíbles, grandes triunfos, verdaderas épocas de gloria, grandes epopeyas, seres del barrio inefables, personajes increíbles. Olvidados hasta hoy, dignos de revelarse en esta recopilación única de la historia del juego de bochas, de nuestra institución, que da paso a un nuevo libro. Y en esto de ahondar en el territorio de las bochas me permití preguntarme por qué los inmigrantes italianos, cuando partieron hacia “La América”, desconocida y lejana, huyendo del horror, del hambre y de tantas iniquidades, no olvidaron cargar entre sus pocas pertenencias el “juego de bochas”. ¡¡¡Ellos fueron quienes nos acercaron, a través de las tumultuosas aguas del océano, este regalo tan particular!!! Me conmueve esa imagen, porque encuentro que ese pequeño atado era algo muy caro a sus afectos, que representaba no solo lo lúdico, sino que era en sí mismo una especie de tesoro, representando las callosas manos del nono gringo que se quedó allá, lejos, envuelto en tristeza para siempre, porque recordaba el encuentro, la familia, los domingos, la amistad. Creo que era todo eso y más… ¡lo insondable! Ese montoncito de alegría en sus maletas era parte de esa tierra, a la que siempre soñaron volver. Posiblemente porque traía ese cúmulo de improntas especiales recibió rápida aceptación entre la gente más humilde, de las incipientes poblaciones rurales que los recibieron de brazos abiertos, enseñándoles a arar, sembrar y amar la tierra. Ellos, agradecidos, en compensación, les presentaron ese mundo especial, ese juego que luego se cultivaría en lugares de diversión, pulperías, boliches y cantinas. Pero, más allá de su valiosa historia, siempre que ese bochín de apenas 45 mm cruce el aire resplandeciente, siempre que esa esfera pequeña se ponga en movimiento, estallará el entusiasmo, renacerá la camaradería, la paciencia y la estrategia de su antiguo linaje, que fascinó desde siempre a quienes aman competir, solo por el disfrute en conjunto y el sano entretenimiento. Este compromiso genuino del autor por investigar, por preservar un espacio pequeño de la historia grande, inmensa y rica de nuestro amado Boca Juniors, trasunta su amor eterno por el azul y oro y lo ha llevado a invertir años en esta aventura maravillosa de contarnos sobre este juego antiquísimo que, a pesar del tiempo, no ha perdido su esencia. Ulises quiere contarlo con voz de niño, acercarlo con manos de anciano, con impronta de hombre, con amor de papá, con toda simpleza y sumándole sabiduría, “madre de todo lo profundo”. Querido Ulises, cuando un libro nace y aparece nuevo al universo, con sabor a cosa verdadera, con resortes distintos y la impronta azul y oro, es simplemente trazar una huella permanente en las arenas del tiempo. Y porque el deporte de las bochas no es simplemente un juego; voces ancestrales nos traen a la memoria que este juego fue el primero que Dios, todo amor, le regaló al hombre para que pudiera matizar sus días, jugar, sonreír y soñar. Que el mar convirtió toscas piedras, primero, en cantos rodados, hasta pulirlas en esperas especiales para que, así, nacieran las primeras bochas de piedras pulidas, y algunos paisanos se arriesgan y aseveran que, cuando sufrimos una gran tormenta, los truenos son solamente producto de los “bochazos de San Pedro y Tata Dios”, que disfrutan del sano desafío de un partido de bochas. ¡Gracias!

María del Valle Calvimonte Ramírez

Historia de las bochas 1919-1955

Подняться наверх