Читать книгу Pensar, debatir y aportar a las relaciones internacionales - Varios autores - Страница 13
¿Cuáles son las narrativas heterodoxas?
ОглавлениеBuzan propone tomar en cuenta dos aspectos: la naturaleza de los países y las fuentes del conocimiento producido en RR.II. Esto le permite destacar una serie de trabajos que, en la disciplina y según él, se distinguen de la meta narrativa que la doxa de RR.II. (re)produce. Se propone aquí recopilar estas propuestas para establecer el panorama de lo “no occidental” en RR.II., porque construye sobre una categorización ya ampliamente aceptada por los que apoyan el proyecto de “RR.II. globales” (Wæver y Tickner, 2009; Acharya y Buzan, 2010; Tickner y Blaney, 2012).
Lo primero que atrae la atención de Barry Buzan (2018a) es la “teoría hindú de las relaciones internacionales” del académico, sujeto de su majestad, Bennoy Kumar Sarkar. Este propuso destacar los conceptos de mandala (esfera de influencia) y sarva-bhauma (soberano mundial) para traducir el pensamiento indio en términos entendibles por los (re)productores de normas, los académicos occidentales. En 1919, este concluye su trabajo para The American Political Science Review (Sarkar, 1919, p. 414) escribiendo: “La doctrina sarva-bhauma, como el concepto del nacionalismo federal, federación imperial, o el Estado universo, es entonces la piedra angular del arco de la teoría Hindú de la soberanía”.
El trabajo de Sarkar es puesto de relieve por Buzan7 para mostrar que la ausencia de discursos diferentes en la disciplina es más el resultado de una incapacidad de los defensores de la doxa a abrir su reflexión a las propuestas alternas, que el resultado de una ausencia de alternativa.
Destaca que, en la actualidad, los esfuerzos más notables en la construcción de un conocimiento basado en fuentes históricas y filosóficas distintas a las occidentales son las de la comunidad académica china. Pero, al momento de hablar de la historia del pensamiento en RR.II., Buzan subraya que, para las narrativas “no occidentales, […] la principal motivación sigue siendo responder a las presiones e incentivos creados por los eventos, y en particular desafiar las ortodoxias y prácticas occidentales en nombre de las que son desechados, explotados y/o negados en su estatus” (2018a, p. 406).
En ese sentido, la propuesta de la Escuela Cepalina es etiquetada como el primer esfuerzo de teorización que tuvo influencia en la manera de pensar la praxis internacional en Estados Unidos y Europa. De pronto por estar arraigada en la economía, Buzan no se extiende sobre las opciones metodológicas y los métodos privilegiados por Raúl Prébisch porque son entendidos como capaces de producir resultados válidos (con autoridad científica), pero no creíbles (con autoridad lógica); y que, se agregaría (Frasson-Quenoz, 2016), sus fundaciones eran occidentales, comunistas y rusas.
Más bien, les da un lugar a las reflexiones poscoloniales. Estima que el poscolonialismo se puede dividir en tendencias. Una primera, la de las luchas armadas de la descolonización, se evidencia con nombres tales como el Che, Mao o el francés Régis Debray (para la tendencia más radical). El vocablo poscolonial se asocia también con la Conferencia de Bandung y Nehru (para la tendencia más institucional). Los movimientos políticos pan, pan asiático, panarabista o panafricanista figuran como la última tendencia (político-cultural).
En RR.II., estas tendencias estarían representadas en el libro de Edward Said, Orientalism (1978), que abrió el campo a las reflexiones poscoloniales (Millennium, 2007; Salter, 2010). Acharya y Buzan (2010), también marcan la relevancia del trabajo de Gayatri Chakravorty Spivak (1988, 2000) y su definición de lo “subalterno”, eso por la influencia que ha tenido en la formulación del Realismo Subalterno en RR.II. (Ayoob, 1986; 1995; 1998). Pero la influencia de Said parece más duradera en el relato de Acharya y Buzan porque, en 2019, solo Edward Said es mencionado en la conclusión de su libro.
En resumen, Buzan considera que el “resto”8 ha participado en el debate académico, que las fuentes del conocimiento científico se pueden encontrar en la filosofía y la historia específicas de grupos humanos y que, usando conocimientos prácticos (no científicos), se pueden formular conocimientos en RR.II.