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ОглавлениеPrólogos
“El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre
y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo.”
(G. G. Márquez, Cien años de Soledad)
Así de nuevo y alucinante puede ser el mundo para un niño o niña que recién lo explora. Más aún, dotar de oportunidades para percibirlo, sentirlo, señalarlo, son los primeros pasos para “decirlo” y “leerlo”. Devolver la magia del potencial de los sentidos al aprendizaje inicial de niñas y niños sienta las bases para despertar el interés de compartirlo con otros, mediados por un lenguaje que, pensando el mundo, se acrecienta al contacto con esos otros. Y es en esta mediación que la intención y conciencia de unas oportunidades de aprendizaje ofrecidas por educadoras y educadores en los primeros años cumple un rol fundamental.
Del sentir al decir y hablar se aproxima así cada niña y niño a un desarrollo del lenguaje oral que les acercará a comprender el mundo, lo que se les lee y cuenta de él, así como de otros posibles, tejiendo una relación sólida entre lenguaje oral y escrito, además de un acercamiento a ese precioso objeto cultural que son los libros. Ya Gabriela Mistral nos decía en su prosa que:
La primera lectura de los niños sea aquella que se aproxima lo más posible al relato oral, del que viene saliendo, es decir, a los cuentos de viejas y los sucedidos locales. Folclor, mucho folclor, todo el que se pueda, que será el que se quiera. (Gabriela Mistral, Pasión de leer).
Pero, además, cada niña y niño participa y dialoga la lectura desde una idiosincrasia cultural propia, potenciada por interacciones que las y los educadores ven enriquecidas por lo que la investigación en literacidad inicial nos enseña. El folclor, el relato oral, la diversidad de géneros que circulan en nuestra sociedad abren puertas y encienden luces que alimentan un apetito por el goce de leer y descubrir imágenes, palabras y sostener conversaciones extendidas sobre aquello que se lee, se entiende o no y se siente.
Es una alegría recibir este libro que nos entrega un abordaje integral de estas oportunidades, señalando, además, aquellas prácticas esenciales que desde una óptica profesional nos ayudan a identificar aquellas acciones pedagógicas y condiciones comunicativas que permiten ofrecer a niñas y niños las oportunidades de aprender a leer y comunicarse. Juegos comunicativos con los sonidos, con las palabras, con sus significados y sentidos, para descubrir cuánto pueden llegar a dar de sí, requieren de una inmersión libre y gozadora entre educadoras, educadores, niñas y niños, y de un saber y saber hacer que mueve fronteras momentáneas expandiendo sus mundos. Observar imágenes y la forma de las palabras, cómo se entretejen y confabulan para contarnos un relato atento sobre el que conversamos, nos reímos, nos preguntamos, nos sorprendemos forman parte de esa flexibilidad y libertad que otorga el poder pedagógico de la formación profesional de quienes enseñan. Enseñar, mostrar, compartir, abrir espacios y comprensiones, más que limitar, cerrar u homogeneizar debe ser parte de una actitud fundamental en el campo de la entrada al mundo letrado. Rodearles de enunciados, palabras, textos, libros, imágenes, baúles que abrir, objetos por descubrir y nombrar forman parte de las experiencias a las que se abren estas propuestas de prácticas esenciales. Y en esa apertura, ser capaces de evaluar sin restringir para observar los avances e incrementar los aprendizajes venideros, promoverlos y progresivamente concretarlos es parte también de la preparación y aportes que este libro nos ofrece.
No me cabe duda de que recibir un libro como este en tiempos complejos será un gran regalo para cada educadora, educador y docente que lo lea. Este evidencia una contundente colaboración interinstitucional y académica más necesaria que nunca hoy, así como una propuesta fresca, sólida y clara destinada a la formación de educadoras y educadores de párvulos, profesores y profesoras de educación básica tanto futuros como ya en ejercicio de esta bella labor. Es también un libro para quienes investigan y forman en la práctica orientados por esa sinergia valiosa entre la construcción de conocimiento que nos aporta la investigación y su relación estrecha con la docencia.
Felicito el trabajo de las autoras, la poderosa sinergia entre instituciones, y agradezco el valioso aporte a la educación inicial en un ámbito tan fundamental y esencial como las prácticas que aquí se promueven para el aprendizaje de la lectura. Y, por supuesto, agradezco también la oportunidad de escribir este prólogo que espera ser una invitación a leer y aprender juntas y juntos para comprender que apropiarse de lenguajes para crear, comprender y hacer con otros en el mundo nos vuelve, sin lugar a duda, más libres.
LORENA MEDINA MORALES
Decana de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile periodo 2015-2021.
Presidenta del Consejo de Decanas y Decanos de las Facultades de Educación del CRUCH, CONFAUCE periodo 2018-2021.