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Prólogo

En 2011 tuve el privilegio de escribir el prólogo de un nuevo manual sobre mis conceptos escrito por Bill Vicenzino, Wayne Hing, Darren Rivett y Toby Hall. Fue una publicación excelente, también muy oportuna, que llevó por título Mobilisation with Movement: The Art and Science.

Dicho manual, ahora en su 6.a edición en inglés, necesitaba urgentemente una puesta al día para incorporar un formato más detallado y mejorado. Dicha tarea ha corrido a cargo y bajo la dirección de Wayne Hing y el resto de autores. Más de dos años ha llevado completar dicha labor. Estos estudiosos tuvieron la sabiduría de incorporar a la tarea profesores internacionales del concepto Mulligan, los cuales han contribuido a la escritura de gran parte del libro y a quienes se encomendaron capítulos sobre distintas regiones del cuerpo y técnicas. En especial debo manifestar mi agradecimiento a mis colegas Mark Oliver y Frank Gargano por las nuevas técnicas y el material con el que han contribuido.

Creo que el contenido de este libro, en su nuevo formato, no tiene precio. Todo el que lidie con enfermedades musculoesqueléticas y practique técnicas de terapia manual debería poseer un ejemplar.

Lo que hace de nuestros conceptos algo tan especial es que todas las técnicas de movilización con movimiento descritas en este libro se emplean solo cuando no generan dolor durante su aplicación, y —si están indicadas— cuando son inmediatamente eficaces. No conozco otros procedimientos de terapia manual para el tratamiento del cuerpo en su totalidad que sigan estas pautas. Lo que realmente tienen de especiales es que se tarda solo unos dos minutos en decidir si están indicadas. El desconocimiento de nuestros conceptos por parte de fisioterapeutas tal vez suponga negar a los pacientes la mejor opción de tratamiento. Cuento ahora con muchas horas de vídeo donde, ante colegas de mi profesión, plasmo la eficacia de estos conceptos y trato personalmente a pacientes de muchas ciudades de Estados Unidos. Son cientos los testigos que se convencen de la eficacia de estas técnicas por sus resultados indoloros, positivos e instantáneos.

Nuestros conceptos han tenido un largo recorrido desde 1985 cuando, tratando el traumatismo en un dedo de una paciente, tuve por casualidad un inesperado éxito, instantáneo e indoloro, usando lo que ahora conocemos como técnicas de movilización con movimiento. La paciente, una mujer joven de veintitantos años, presentaba una articulación interfalángica inflamada, dolorosa e incapaz de flexión. Ejercí varias veces tracción sobre la articulación sin resultado alguno. Entonces apliqué movimientos de traslación (deslizamiento) sobre la articulación para flexionarla. Al igual que pasó con la tracción, estos deslizamientos también fueron ineficaces y dolorosos. Probé luego con un movimiento accesorio de traslación interna que la paciente no pudo soportar por el dolor. Sin mucho entusiasmo, probé entonces con un movimiento de traslación externa que llevó a la paciente a decir «no me duele». Algo me impulsó a mantener esa traslación y a preguntarle si podía flexionar el dedo. Para mi asombro y su deleite ¡flexionó el dedo sin dolor! Entonces dijo algo así como: «Me has curado». «Así es», contesté. Todavía presentaba cierto grado de pérdida de flexión debido al edema residual, pero se fue de mi consulta con una sonrisa pintada en la cara.

Aquella joven volvió dos días después con el dedo totalmente recuperado. «¿Por qué?», me pregunté a mí mismo. La única explicación que se me ocurrió para aquel éxito inesperado fue que, de resultas del traumatismo, se produjo un minúsculo defecto de posición de la articulación que impidió el movimiento de flexión. Cuando se corrigió ese defecto de posición, se produjo una recuperación completa. La hipótesis era muy sencilla y comencé a mirar de forma diferente las articulaciones que fui tratando y con las que experimenté para ver si obtenía resultados similares recolocando otras superficies articulares. Comencé a tener éxitos formidables en la consulta. Los llamé «milagros diarios». Luis Pasteur dijo en una ocasión que la oportunidad solo favorece a la mente preparada. Y, sin duda, tenía la mente preparada cuando, por causalidad, obré mi primer milagro con aquella joven y su articulación inter-falángica de movilidad dolorosamente limitada.

Hoy en día los conceptos surgidos de aquel hallazgo casual han recorrido un largo trecho y ahora existen pautas para su exitosa aplicación clínica, las cuales se describen con detalle en este manual. Para lograr el éxito en la aplicación de nuestros conceptos, necesitas un razonamiento clínico avanzado y unas excelentes destrezas manuales. Las detalladas descripciones de este libro te ayudarán inmensamente en ambos aspectos. Lo ideal, desde luego, es que el lector se apunte a los cursos que los profesores acreditados del concepto Mulligan imparten por todo el mundo. Los profesores y los cursos aparecen en [www.bmulligan.com].

Y, hablando de profesores, doy las gracias y vaya mi reconocimiento al mérito de mi mentor Freddy Kaltenborn. Freddy viajó muchas veces desde Europa a difundir sus enseñanzas por la lejana Nueva Zelanda. Me enseñó a manipular todas y cada una de las articulaciones de la columna vertebral y a movilizar las articulaciones de las extremidades. Sus útiles enseñanzas me dotaron de excelentes destrezas manuales. También amplió mis conocimientos y me inculcó la importancia de la trascendencia clínica de los planos de tratamiento, lo cual me llevó a desarrollar con éxito las técnicas de movilización con movimiento. Si no conoces los planos de tratamiento de todas las articulaciones, nunca conseguirás manipular con éxito ni aplicar con eficacia los conceptos Mulligan.

Debo subrayar que las técnicas que contiene este libro no son inamovibles ni han sido grabadas en piedra. Todas se basan en la recolocación de las superficies articulares, o de los músculos y sus tendones, con el fin de lograr la resolución indolora de problemas musculoesqueléticos. La eficacia de las técnicas descritas en este libro ha sido confirmada clínicamente por la Asociación de profesores del concepto Mulligan (Mulligan Concept Teachers Association). Si los fisioterapeutas consiguen mejorar profesionalmente con estas técnicas —aplicándolas con conocimiento y destreza manual—, entonces este libro será más que bienvenido. Esperamos que también compartan sus valiosas y significativas mejoras con otros terapeutas y profesores.

Me siento abrumado por contar con el apoyo de eruditos como Wayne, Toby, Bill y Darren, y vaya mi agradecimiento más sincero a todos ellos y a Elsevier por esta maravillosa publicación.

Brian Mulligan

El concepto Mulligan de terapia manual (Color)

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