Читать книгу Clústeres Logísticos - Йосси Шеффи - Страница 38
Estudiantes, disidentes salta-trabajos
ОглавлениеMientras que los artistas del Renacimiento tenían poca educación formal, los trabajadores y empresarios de Silicon Valley vienen de una tradición de educación formal intensiva, generalmente en las ciencias o ingeniería, y a menudo con grados avanzados. Stanford, San Jose State, UC Berkeley y más de una docena de otras universidades producen trabajadores altamente preparados para el valle. Y, al atraer al mejor talento en tecnología de todo el mundo, Silicon Valley también cosecha lo más selecto de las escuelas nacionales e internacionales más famosas. Pero la educación en Silicon Valley no se limita a un título universitario. Al igual que el sistema de los talleres florentinos, los trabajadores de Silicon Valley continúan su educación en sus trabajos.
Silicon Valley también conduce una dinámica poco usual en las relaciones de los trabajadores con las compañías. Desde el principio de su existencia, la innovación en Silicon Valley se manifestó en las compañías a medida que los empleados dejaban de trabajar en una, para fundar la suya propia, en un mecanismo similar al de los artistas aprendices que dejaban el taller de su maestro para abrir su propio taller en Florencia. Por ejemplo, William Shockley literalmente trajo el silicio a Silicon Valley cuando dejó a Bell Labs en Nueva Jersey en 1953 para crear el laboratorio de semiconductores Shockley Semiconductor Laboratory en Mountain View, California, para desarrollar transistores con base de silicón. Eligió el extremo sur de la bahía de San Francisco gracias a su clima agradable, la proximidad con la Universidad de Stanford y la cercanía con su anciana madre. En un patrón que se repetiría muchas veces en el valle, ocho ingenieros jóvenes que se conocerían como “los ocho traidores” salieron de la compañía de Shockley en 1957 para formar Fairchild Semiconductor. En 1968, dos de los “ocho traidores” (Robert Noyce y Gordon Moore) dejarían a Fairchild para fundar Intel, y del mismo modo otros empleados de Fairchild también la dejarían para fundar National Semiconductor y AMD.
Además de este patrón de disidentes que fundaron nuevas compañías, los empleados de Silicon Valley cambian de trabajo mucho más frecuentemente que otros empleados de alto nivel en otras industrias. Estos cambios ocurren porque los ingenieros buscan oportunidades más emocionantes en otras compañías o debido a que las compañías se estancan o fracasan. En el agitado ambiente empresarial de Silicon Valley, los individuos pueden aprender de sus fracasos y no llevan consigo un estigma, estos empresarios e ingenieros llevan consigo todo el conocimiento obtenido del fracaso hacia su siguiente iniciativa o empleador.
Geeks competitivos
Así como los florentinos celebraban el arte y los artistas, Silicon Valley celebró la tecnología y los geeks1. Silicon Valley engendró una cultura ligada al gusto de los ingenieros por resolver problemas y con un amor intrínseco por la nueva tecnología. En la mayoría de los casos, los ingenieros y los tecnólogos, y no los encargados de negocios y mercadotecnia, eran quienes iniciaban las compañías de Silicon Valley. Historias tales como la creación de HP por parte de Bill Hewlett y Dave Packard en un garaje en Palo Alto, ejemplificaron la cultura de inicio del área enfocada en la ingeniería y en la construcción de un prototipo. Esta cultura atrajo a ingenieros y geeks a quienes les fascinaba la nueva tecnología y todo lo que podían hacer con ella. Estos geeks querían convertirse en el siguiente HP, Intel, Apple o Google al crear el siguiente gran invento.
Este enfoque en el desempeño tecnológico significó que en Silicon Valley siempre existieron las rivalidades de la misma manera en que los talleres de los artistas florentinos competían para obtener nuevos proyectos y patrocinios. Y estas rivalidades promovieron la innovación, atrayendo más talento y dinero, creando una retroalimentación positiva que contribuyó al crecimiento del clúster.