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Las similitudes de los clústeres
ОглавлениеAunque con una diferencia de 500 años y representando, en apariencia, los extremos opuestos del espectro de las artes y las ciencias en cuanto a avances humanos, los clústeres de Florencia y Silicon Valley comparten muchas características. Desde hace tiempo se ha observado que las industrias tienden a ubicarse geográficamente en grupos. Algunos de los más conocidos clústeres fueron mencionados en la introducción de este capítulo, incluyendo la concentración de compañías de tecnología de información en Silicon Valley, California y sus contrapartidas a lo largo de la ruta 128 saliendo de la ciudad de Boston, Massachusetts. otros ejemplos bien conocidos incluyen los casinos de Las Vegas, Nevada; la producción de películas en Hollywood, California; las compañías de biología en Medicon Valley (que se extienden desde el este de Dinamarca hasta el oeste de Suecia); los productos de corcho en Portugal; los muebles artesanales en High Point, Carolina del Norte; los bancos financieros y de inversiones en Manhattan y sus alrededores; y los chips de computadoras en Taiwán.
Además, algunas funciones corporativas tienden también a agruparse. Ejemplos incluyen los centros de investigación y desarrollo en biotecnología en Cambridge, Massachusetts; el diseño de prendas de vestir y zapatos en el norte de Italia; los centros de innovación corporativa en Silicon Valley; y la planificación y mercadotecnia corporativas en Zúrich y Ginebra.
Esta aglomeración de compañías, o funciones corporativas, que atraen ventajas económicas debido a su proximidad geográfica a otras de la misma industria o etapa de valor agregado, es un fenómeno que fue originalmente observado y explicado por el economista inglés Alfred Marshall en su obra clásica de 1920, Principles of Economics.29
Marshall presentó la hipótesis de que el desarrollo de los complejos industriales implica la existencia de externalidades positivas de la colocalización. Marshall atribuyó dichas externalidades a tres fuerzas principales: (i) compartir el conocimiento y el traslape entre las compañías colocalizadas; (ii) el desarrollo de una base de proveedores especializada y eficiente, y (iii) el desarrollo de grupos de mano de obra local con talentos especializados.30
Durante las décadas de los cincuenta y sesenta, Walter Isard desarrolló algunos de los modelos más convincentes de la aglomeración industrial, lo que creó los fundamentos y la guía (nuevos en la época) de las disciplinas de la ciencia regional. Sugirió varias maneras de analizar los “complejos industriales”, o clústeres, argumentando que tales métodos pueden contribuir a la comprensión del crecimiento y desarrollo regionales.31,32
Michael Porter explicó con más detalle la hipótesis de Marshall y el trabajo de Isard en un famoso artículo de 1998,33 ofreciendo un esquema detallado para el análisis de los clústeres, al igual que muchos otros ejemplos de clústeres en varias industrias. Este escrito se enfoca en las ventajas competitivas y en el incremento en la innovación ofrecida por los clústeres. Michael sugiere que los clústeres afectan a la competencia al (i) aumentar la productividad de las compañías colocalizadas, (ii) acelerar el ritmo de la innovación y (iii) estimular la formación de nuevos negocios.