Читать книгу No desamparada - Jennifer Michelle Greenberg - Страница 10

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Despertó de un remezón con el corazón acelerado, la piel empapada en sudor frío y el estómago retorciéndose de ansiedad.

Entonces, miró el reloj.

2:00 am.

Otra vez el mismo sueño horrible. Como tantas otras veces, el demonio había abierto la puerta de su cuarto, saltado a su cama y quitado las cubiertas. De algún modo, ella sabía que el demonio representaba a su padre.

«Solo es un sueño», se dijo a sí misma. «Solo un sueño».

Pero estaba aterrada.

Ella había visto la pornografía que él tenía. Al parecer, casi todas las noches ponía más en el computador de ella, y todos los días encontraba nuevas imágenes grotescas. Había escenas de violaciones, de tortura, de una multitud de hombres violando a una adolescente. A veces lo había visto observándola iniciar sesión en su computador; la miraba con un brillo gélido en los ojos.

Cada día traía más vergüenza y temor. Todas las noches tenía pesadillas recurrentes.

Empezó a ponerle seguro a la puerta de su cuarto.

Ató campanas alrededor de la manilla y dejó obstáculos como zapatos, juguetes y una caja de figuritas en el camino a su cama. Si viene mientras estoy dormida, pensaba, se va a tropezar y el ruido me va a despertar.

«Dios», oró una noche, llorando sola en la oscuridad, «este hombre con el que vivo no es mi papá; es un extraño. No sé si puedo crecer así. Necesito que Tú seas mi Papá. Por favor, Dios, cumple ese rol en mi vida. Sé que no puedes estar aquí de forma física y necesito a alguien que esté aquí, pero no me dejes sola como huérfana».

Y Dios respondió.

Fue como si el amor fuera un océano y ella se hubiera sumergido en su mismísimo corazón. Su miedo fue limpiado y su dolor se dispersó cual niebla de mañana estival. Sin duda ni excepción alguna, sabía que era hija de Dios, y se río entre las lágrimas por ese alivio repentino.

No desamparada

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