Читать книгу No desamparada - Jennifer Michelle Greenberg - Страница 8

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Metió la tierra con firmeza en el frasco. Sería un agregado perfecto para las orugas que tenía ahí dentro. El patio enladrillado estaba saturado de frascos vacíos y bolsas de tierra. Como todavía no entraba al jardín infantil, a ella le encantaba pasar los días en el exterior, escarbando la tierra, plantando malezas y recolectando insectos.

«No sé leer muy bien», le explicó a Dios mientras rasguñaba la tierra con los dedos. «La Biblia es muy larga y orar con los ojos cerrados es aburrido. ¿Qué te parece si te hablo a Ti cuando hable en mi cabeza?».

Recordaba la ocasión en que su madre le leyó la Biblia y le contó de la sabiduría del rey Salomón. Le había pedido sabiduría a Dios, y Dios se la había derramado. Lo que ella más quería era ser inteligente como su papá: el científico con conciencia espiritual, el investigador, el lector y la autoridad en materias de doctrina y evolución. Le pidió a Dios que la hiciera sabia como Salomón. Sobre todo, le pidió a Dios en oración que le permitiera ver demonios, tal como lo había hecho Jesús, de modo que pudiera distinguir a la gente buena de la gente mala.

No desamparada

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