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La iglesia primitiva

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Relativamente poco se puede decir sobre las parábolas en la Iglesia primitiva, porque difícilmente aparecen. Encontramos analogías en las cartas del Nuevo Testamento (p.ej., 1 Cor 9.26-27), y Pablo hace una lectura alegórica de la historia de Sara y Agar (Ga 4.21-31), pero nada semejante a las parábolas en los evangelios sinópticos. Encontramos la palabra parabolē en Hebreos 9.9, que indica que el día de la expiación era un símbolo o ilustración de la ineficacia del antiguo orden) y en 11.19, donde figurativamente Abraham recupera a Isaac de la muerte).

1 Clemente 23.4-5 y 2 Clemente 11.2-3 usan la analogía de las etapas de desarrollo de una viña como argumento contra los que dicen que todas las cosas continúan como antes. 1Clemente 24.1-5 alude a la parábola de Jesús sobre el sembrador, pero emplea la siembra de las semillas y su descomposición y luego su crecimiento como un argumento a favor de la resurrección.

La palabra parabolē aparece treinta y cuatro veces en los Padres Apostólicos, todas menos dos aparecen en el Pastor de Hermas (véase el Apéndice 5). Barnabás 6.10-17dice, respecto de la expresión “tierra que fluye leche y miel” (Ex 33.3), que “el profeta habla una parábola del Señor [parabolēn kyriou]”. Entonces, algunos textos del Antiguo Testamento se entienden alegóricamente respecto de la nueva creación en Cristo, y que los cristianos son los que entran en la buena tierra, y que la “leche y miel” representan los nutrientes de la fe mediante la promesa y por la Palabra. Barnabás 17.2 usa el plural parabolai para indicar que si él escribe respecto al presente y el futuro, el lector no las entenderá, porque están escondidas en las parábolas.

Las muchas expresiones de parabolē en el Pastor de Hermas refieren a descripciones alegóricas elaboradas. La Visión 3.2.4 - 3.8.11 tiene una extensa descripción de una torre de piedras construida en el agua, que específicamente se llama “las parábolas de la torre” [tas parabolas tou purgou] (3.3.2). La torre se interpreta como la iglesia, construida en el agua porque Hermas fue salvo por agua. Los seis jóvenes constructores y otros que acarrean las piedras se interpretan como ángeles, y las diversas piedras en detalle representan las distintas personas en relación con la iglesia, ya sean apóstoles, líderes de la iglesia, los justos, los pecadores para quienes el arrepentimiento todavía es una opción válida, los malvados, y otros. Las siete mujeres alrededor de la torre representan la fe, la abstinencia y otras virtudes. Parabolē también se usa en formas más breves. En la Visión 3.12.1–3 encontramos una parábola de un viejo que rejuvenece debido a una herencia, la cual Hermas interpreta como la renovación que viene por el oír de la revelación.78 Mandato 11.28–20 usa parabolē con referencia a la imposibilidad de tirar algo hacia el cielo (expresamente un acertijo) para resaltar que las cosas en la tierra tienen poco poder, ya que las cosas pequeñas de arriba (como el granizo o el agua) tienen gran poder, precisamente como el Espíritu.

La tercera sección importante del Pastor de Hermas, generalmente se llama símiles, y la palabra parabolē aparece como título de las subdivisiones de esta parte del libro.79 En esta sección hay diez parábolas, pero son más como imágenes o visiones que parábolas, similares a las explicaciones de las visiones apocalípticas, que son aclaraciones más extensas que las vinculadas a las parábolas en los Evangelios o en el material rabínico. Hay dos parábolas que merecen mención: la parábola del olmo y la vid (Sim. 2.1-10) y la parábola del campo y el siervo (Sim. 5.2.1–5.7.3). Representa la dependencia que tiene la vid del olmo para producir buen fruto con la relación dependiente del rico con el pobre para ser verdaderamente productivo. La parábola del campo y el siervo, influenciada por las parábola de Jesús sobre los labradores malvados (Mt 21.33-45/Mr 12.1-2; Lc 20.9-19), habla de un siervo que hace más de lo que su señor le ordena en el cuidado de la viña. En la explicación, extensa y detallada, el siervo es el Hijo de Dios, la viña es el pueblo de Dios, las cercas son los ángeles, las malezas son las iniquidades, y se da significado teológico a otros detalles que aparecen en la parábola. La parábola novena presenta la imagen de doce montañas, y la explicación regresa a las imágenes de la torre y las piedras de la Visión 3.2.4–3.8.11, para dar una explicación alegórica más detallada de la iglesia y la evaluación divina de la validez de los componentes de la iglesia. Varios textos señalan la relevancia que las parábolas se deben interpretar.80

Para ser completos, debemos añadir los Hechos de Felipe 135, que tiene una colección de parábolas interrogativas,81 y los Hechos de Juan 67, que ofrece cuatro analogías para mostrar que la validez de la fe es obvia solamente al final de la vida.

Antes de terminar con este material, es necesaria una evaluación. Ninguno de los detalles que ella contiene es semejante a las parábolas de los Evangelios Sinópticos. Los escritores consideran que las parábolas necesitan explicación, y suponen que tenga detalles de correspondencias entre imagen y realidad. Pero, al menos con la evidencia que tenemos, ningún cristiano imita a Jesús en el relato de parábolas.

Comprendiendo las parábolas de Jesús

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