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¿Qué hay detrás de esta crisis?
ОглавлениеTribuna
9 de agosto de 2011
¿Quién está detrás de esta crisis?, ¿qué institución, qué grupo, qué lobby?, ¿cómo es posible?, ¿de dónde y por qué estos ataques especulativos? ¿Hasta dónde el poder político y el poder económico real? Pero ¿quién está dirigiendo el timón de Europa ante la crisis? Se habla de rescate, de primas, de recesión, de estancamiento, pero también de una Europa de vacaciones, sin liderazgo ni rumbo. Hacia su propia deriva y en la zozobra un euro. Realmente ¿se está atacando al euro?, ¿al dólar?, ¿ambos?, ¿es el yuan el futuro y el gran vencedor, toda vez que en manos de China está una ingente deuda pública norteamericana?, esta ha hablado con contundencia, sabedor que la estrategia de un dólar débil arruinó al yen hace década y media, y puede hacer lo mismo con el euro, tal vez con el yuan. ¿Qué objetividad y ratio amén de credibilidad e intereses estratégicos tienen las agencias de calificación ante EE UU?, ¿quién las califica?, solo una retoca la nota a la baja de la deuda norteamericana, las otras no. Se las cuestiona, China crea la suya propia, Europa se lo piensa.
Incertidumbre, volatilidad, fragilidad, convulsiones, debilidad y miedo a una recesión. El crecimiento es pírrico, pequeño allí donde se da. Las amenazas siguen ahí. El miedo se apodera de las bolsas, renta variable, fija, fondos sean estos soberanos, de alto riesgo, pensiones, inversiones. Lunes terrible en las bolsas. Miedo a un contagio global, sin fronteras. Nadie sabe qué puede suceder, y los ojos siguen puestos, como los ataques especulativos, en la vieja Europa. Especulación en estado puro, pero también debilidad y desidia de las economías y gobiernos que no han hecho reformas ni han tenido coraje, valentía. Se desconfía de la solvencia, pero sobre todo de liquidez en el caso español, no hay credibilidad en las finanzas del Estado. Falta de control y transparencia, denuncias de agujeros y cuentas sin pagar en las administraciones autonómicas que disparan el déficit y la deuda. Los mercados toman nota, son tiburones con colmillo afilado y memoria de elefante. No hay piedad y sí castigo. Es la hora de la especulación salvaje, sin miedo, agresiva, impenitente. Dos países y una moneda al borde del abismo. Nuevas torpezas de Trichet y el Banco Central Europeo, amagan y no pueden o no quieren. Hasta este lunes que sí compran deuda. No es capaz de lanzar un mensaje unívoco y contundente al mercado. Amaga, recula, elucubra y realiza demagogia economicista. Keynes definitivamente ha muerto. Sus políticas ya no valen. ¿Nos hemos equivocado todos? Todo puede ir a peor, pero nadie da explicaciones, ni gobierno ni oposición, todos hablan y esconden la letargia de la palabra, «gravísimo». Silencio sepulcral y a esperar que Europa reaccione y haga lo que nosotros no hemos hecho ni querido realizar.
Europa sigue adormecida en su complaciente letargo. Ni Merkel ni Sarkozy tienen nada que decir. Cierran por vacaciones. No va con ellos. No se rescata a Grecia, sino a la banca alemana, no se rescatará a Italia sino a Europa misma. Demasiado grave, demasiada taumaturgia para enterrar definitivamente la moneda europea. No hay rigor fiscal, no se han homogeneizado las economías. El invento funcionaba bien cuando las diferencias tecnológicas e industriales eran tan abismales. Ni pobres ni ricos, la ciénaga está próxima. El fondo de estabilidad financiera europea es un intento por el momento. El papel lo aguanta todo. La última panacea que nos venden es la del eurobono. Buena idea, impracticable por el momento. Demasiada disparidad y descontrol en las finanzas e inacción ante la necesaria fijación de techos y umbrales de gasto por cada estado. La tensión repunta por momentos, altibajos y crestas de una ola que nadie comprende. En España el presidente amaga circunspecto desde Moncloa. Ya no depende de nosotros. Demasiado tarde, como casi siempre. Rota la confianza en el país, somos vulnerables, solventes, pero sin liquidez, el déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente habla por sí. La desconfianza internacional en nuestra capacidad de pago ha alcanzado cotas inauditas. Hemos perdido un precioso tiempo dentro de los tiempos convulsos de la crisis. Solo un interrogante, ¿quién está detrás? La deuda se come a la deuda, las castiga, devora. Se crecerá para pagar esa deuda ciclópea, pero no mejorará, al contrario, nuestro estado de bienestar. Ese es uno de los peajes a pagar. Europa sigue instando a España a concluir las reformas, pero aquí, oídos sordos. Como siempre. Para el próximo gobierno. Tiempo precioso en el limbo del miedo y la desidia.