Читать книгу Reprogramación mental para descubrir el secreto del éxito - Alberto Shester - Страница 8
La reprogramación mental La reprogramación mental y su relación con el entrenamiento auto dirigido al inconsciente.
ОглавлениеEs lo que nos ayuda a diferenciar nuestros propios deseos de los mandatos que nos condicionan desde el inconsciente, de las conexiones perjudiciales, para poder desarrollar nuevas conexiones en búsqueda del sentido, que den lugar a nuestros mejores proyectos.
El primer obstáculo entre los deseos y los logros es que no sabemos registrar las oportunidades, no las percibimos porque observamos desde la creencia de que no existen.
El segundo obstáculo que se presenta es que cuando el logro del deseo nos pasa por delante y se vuelve inevitable su constatación, no estamos preparados para ese éxito, para ese súbito bienestar y felicidad por el logro de la mejoría y el control de nuestra salud.
Un tercer obstáculo ocurre cuando en el momento que se está cumpliendo el deseo, nos asaltan los mandatos, las culpas, las profecías ancestrales a las que estábamos acostumbrados.
La sensación suele ser de angustia, y para liberarnos de ella, boicoteamos el proyecto que está a punto de concretarse.
Para el caso en que a pesar de nosotros el deseo se cumple, existe un cuarto obstáculo que consiste en creer, luego de haber logrado todo, que se trató de una excepción irrepetible, una gran casualidad que no volverá a ocurrir nunca.
El entrenamiento auto dirigido al inconsciente nos recuerda que con frecuencia la casualidad es en realidad causalidad.
Empezamos a intuir que somos nosotros mismos quienes atraemos lo mejor o lo peor, según cómo esté nuestro ser interior. Las investigaciones más importantes han demostrado en forma incontrovertible que es nuestra mente o más sencillamente, que son nuestros pensamientos, sentimientos y emociones alineados con deseos y propósitos, con fuerte intención, los determinantes de nuestro estado de salud y del proceso de autosanación.
Será idéntico para un resfrío, una cardiopatía, un virus, una disminución de la inmunidad en enfermedades graves o a una predisposición genética.
Hasta no hace demasiado tiempo se creía que el cerebro de la célula estaba en su núcleo, donde está el ADN con su carga genética, es decir, que los seres humanos veníamos programados y cumplíamos el mandato del ADN. En otras palabras, estábamos determinados genéticamente.
Los que se oponían a esta creencia del determinismo genético hablaban en cambio, del determinismo del ambiente, es el ambiente quien posibilita que una célula se vuelva específica de una determinada función, se vuelva sana o se enferme. Cuando el investigador de biología celular Bruce Lipton y otros investigadores descubrieron que el cerebro de la célula no estaba en el núcleo, sino en la membrana que lo recubre y cuya función es la de procesar, impedir o dejar entrar la información al ADN, se encontraron con un dato muy sorprendente y totalmente trascendente: ahora sabemos que no es el ADN, pero tampoco el ambiente; lo determinante y trascendente es el procesamiento de las señales del ambiente.