Читать книгу Liderazgo intuitivo - Alexia de la Morena - Страница 18
ОглавлениеCapítulo 3
¿Cómo conectar con nuestra intuición?
Es recomendable utilizarla poco a poco, con mayor conciencia en situaciones específicas de las que apenas hay riesgo para aplicarla a situaciones más complejas.
Es decir que, si vas a hacer una operación financiera de riesgo y no tienes experiencia, es mejor que te asesores bien y analices los momentos más interesantes con una inversión que no suponga un grave riesgo de pérdida. Ya sabes que, cuanto más grande pueda ser la recompensa, la pérdida es mayor y se produce una mayor aversión al riesgo.
Acciones sencillas:
1 Estar en silencio y escucharse a sí mismo.
2 Sentir sensaciones y palpar objetos.
3 Escuchar las reacciones del cuerpo.
4 Escuchar música que vibre con el momento.
5 Relajarse y desconectar digitalmente durante un tiempo o por intervalos.
6 Meditación o ser consciente de los pensamientos y acciones a través de la atención plena.
La meditación te ayuda a alcanzar objetivos y a desarrollar la intuición
A lo mejor nunca has meditado ni tampoco te lo has llegado a plantear nunca. Pues bien, es momento de probar cosas nuevas: mejor no auto limitarse si nos puede ayudar, ¿no?…
Bien es cierto que hay gente que no se le da bien meditar, por ello, para saber si es tu caso, al menos deberías probar, por si encuentras el potosí mental con esta técnica que, además, ayuda a prevenir enfermedades de deterioro cognitivo como Demencias, Alzheimer o Parkinson.
“No importa el origen, sino el destino”. En el fondo, de lo que se trata es de que puedas poner una atención plena a tus pensamientos para reenfocar día a día tus objetivos, tenerlos claros y tomar conciencia y sobre todo perspectiva de aquello que te limita o te quita energía de tus planes y sueños como el primer paso para poder llevarlos a cabo.
La técnica de la meditación es beneficiosa porque armoniza los dos hemisferios cerebrales, produce significativos cambios fisiológicos y libera neurotransmisores. Al centrarte en tus objetivos, aumenta las ondas cerebrales alfa y theta en el hemisferio derecho, que inducen a la producción de neurotransmisores como acetilcolina (energía), serotonina (felicidad) y dopamina (placer).
Además, ¿sabías que se pueden modular tus objetivos según ejercitamos contextos creativos, de humor o como también a través de la meditación y la imaginación de objetivos? Por ello, debes recordar que, imaginando sueños, escenarios u objetivos alcanzados, de forma real o simbólica, se producen estados positivos para nuestra mente, porque imaginar experiencias como realizarlas satisface por igual nuestro cerebro, beneficiándonos de la misma manera. Así que pon en práctica esta estrategia, verás cómo mejoran tus resultados.
¿De qué nos sirven las ondas que tenemos en nuestro cerebro?
A través de técnicas clínicas como la electroencefalografía conocemos que las ondas que participan con mayor influencia en la creatividad son las de baja frecuencia que se denominan alfa y theta según el investigador Carlos Pérez Rubin:
1 Ondas Theta (3,5 a 7,5 Hz): corresponden al sueño ligero creativo y a la imaginación activa, procedente de la mente que surgen sin esfuerzo. Generalmente, están asociadas con las primeras etapas de sueño, fases 1 y 2. Se generan tras la interacción entre los lóbulos temporal y frontal, y nos ponen en contacto con recuerdos y memoria consciente de emociones y de traumas siendo el auxiliar indispensable para el desarrollo de las capacidades superiores de nuestro ser.
2 Ondas Alpha (8 a 13 Hz): se originan sobre todo en el lóbulo occipital con los ojos cerrados durante períodos de relajación, todavía despiertos, y se atenúan al abrir los ojos, la somnolencia y el sueño. Son más lentas que las ondas Beta y corresponden a las situaciones de relajación-duermevela-meditación profunda y a la receptividad en estado de alerta, testimonian un estado de calma, de paz interior, en la que nuestra imaginación puede ejercitarse. Las producimos cuando cerramos los ojos y relajamos nuestra actividad mental.
3 Ondas Beta (12 a 30 Hz): corresponden al estado de vigilia, al conocimiento normal y al estado pensativo (Watson, 1993). Son las más rápidas y dan testimonio de nuestra actividad mental cuando tenemos los ojos abiertos y observamos el mundo. Están asociadas con etapas en que se está despierto y consciente. Las ondas beta de alta frecuencia corresponden a estados intuitivos y percepciones sensoriales.
4 Ondas Delta (1 a 3 Hz): Las ondas delta se presentan en sueño profundo sin soñar y se presentan en las etapas tres y cuatro, en casos de daño cerebral y coma. Son las más lentas, y, alcanzándolas, se puede llegar a “una conciencia creativa superior” (proceden de nuestro inconsciente).
5 Ondas gamma (25 a 100 Hz): implicadas en el proceso de percepción consciente pese a que no hay acuerdo unánime al respecto, ya que han sido descubiertas recientemente por la tecnología neurodigital.
Fuente: Emerson Emerson RG, Pedley TA. Clinical neurophysiology: electroencephalography and evoked potentials y Carlos Pérez-Rubín 2001, “La creatividad y la inspiración intuitiva. Génesis y evolución”.
¿Sabes cuál es tu hemisferio cerebral dominante?
Desde hace más de un siglo, sabemos que los dos lados del cerebro tienen distintas funciones como se ha podido comprobar a través de numerosos estudios en personas sanas y en personas con lesiones por accidentes de tráfico, laborales, cardiovasculares o malformaciones.
El psicólogo Michael Gazzaniga lo comprobó con pacientes a los que les pidió que miraran un punto visual HEART: dependiendo del área dominante que tuvieran, veían He o Art, En cuanto al He, veían los de hemisferio izquierdo generalmente personas diestras y Art los de Hemisferio derecho generalmente zurdos. Hoy día la ciencia realiza nuevos estudios para verificar el grado de plasticidad entre el dominio relativo de ambos hemisferios.
En tu caso, puedes tener un dominio mayor del área izquierda, más conocida como el cerebro lógico o del lado derecho, considerado como el cerebro artístico, o que ambos estén integrados o sean mixtos dependiendo de la habilidad.