Читать книгу El pequeño doctor - Alfred Vogel - Страница 149
Nuestra misteriosa sangre
ОглавлениеLa Biblia nos dice que el alma se encuentra en la sangre y el poeta, sintiendo su misterioso efecto, nos dice de ella que es un fluido sumamente especial, un punto de vista que expresaba el poeta mucho antes de que lo confirmaran diversos trabajos de investigación de nuestra época. Las declaraciones de un famoso investigador, de las que se deduce que se puede determinar el estado de una persona a partir de una gota de su sangre, pues en ella se puede reconocer el estado de salud y enfermedad que presenta una persona, me hicieron reflexionar sobre el tema. Sin embargo, las investigaciones al respecto no han llegado tan lejos como para utilizar estas valoraciones como un método diagnóstico aceptable por todos. El método de la cristalización sensible de la sangre ha mostrado un camino que no se debería pasar por alto. Seguramente aparecerán otros métodos, y no parece lejano el tiempo en que se podrán detectar en un estadio de desarrollo inicial, es decir, mucho antes de que se manifiesten sus síntomas clínicos, la mayoría de enfermedades como el cáncer, la tuberculosis, el reuma, la gota y muchas otras. Si bien la sangre se ha clasificado en diversos grupos sanguíneos, se ha descubierto en ella el factor Rh, y que, al igual que sucede en la piel, en la que hay poros finos y gruesos, existen sangres de grano fino y de grano grueso. Lo cierto es que las particularidades de la sangre y las variaciones individuales de su contenido y estructura todavía son un gran misterio que esperamos que los investigadores aclaren con el paso del tiempo.
Si se hubiera avanzado más en la investigación de este misterioso fluido no se producirían en América casi 20 000 defunciones anuales debidas a transfusiones de sangre. Es de suponer que en un futuro próximo los médicos emplearán sustitutos de la sangre y del plasma sanguíneo cada vez mejores, y que conocerán mejor qué riesgos puede haber en las transfusiones de sangre humana. A este respecto cabe mencionar, sobre todo, la frecuente aparición de la hepatitis, la temida inflamación del hígado con ictericia de tipo infeccioso, a consecuencia de una transfusión de sangre. Un problema de las transfusiones sanguíneas, aún en vías de solución, es la prevención de la hepatitis sérica. Pensemos también en los contagios de sida, ocurridos en los últimos tiempos, debidos a una transfusión de sangre. Cuando incluso el director médico de un banco de sangre americano se ha expresado seriamente sobre los riesgos que puede ocasionar una transfusión de sangre, y cuando muchos médicos, que han tenido experiencias poco satisfactorias, no quieren responsabilizarse de los riesgos que puede conllevar emplear sustitutos del plasma, los pacientes tienen motivos suficientes para expresar sus puntos de vista, hablar de ello con el médico y poder tomar una decisión al respecto.
¿Cómo podríamos conocer los seres humanos todos los secretos de la sangre, cuando no la hemos creado nosotros mismos? Solo aquel que la creó conoce sus secretos. En su tutela divina y paternal prohibió de forma terminante la toma de sangre a los supervivientes del Diluvio Universal. Este mandamiento pasó más tarde a su pueblo escogido y no fue cancelado por los miembros dirigentes de la iglesia primitiva en tiempos de Pablo, sino que se volvió a repetir como vinculante, por lo que su validez y promoción siguen vigentes también desde la era cristiana hasta nuestros días. Así mismo, la mejor protección contra el sida es una moral sexual elevada, tal como se expresa por mandato divino en la Biblia.
Analizando más a fondo los diversos mandamientos podemos comprobar que albergan no solo una utilidad formadora o educadora, sino también de tipo salutífero, tanto si los seres humanos desean cumplirlos como si no. En todo caso, el cumplimiento obediente de estas peticiones impuestas sirve de protección al individuo. Quienes se nieguen a incorporar en su organismo alguna forma de sangre, sea por mandato divino o por una cuestión de salud, verán que, con el paso del tiempo, nuevas investigaciones y mayores conocimientos en este campo les darán la razón.