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Cuidar de la salud: la mejor prevención contra las enfermedades del aparato respiratorio Causas diversas
ОглавлениеEn el curso de mis viajes he visto con sorpresa que muchos países que tenían unas buenas condiciones sanitarias presentaban una gran cantidad de enfermos tuberculosos30. Me llenó de estupor el hecho de que en Grecia, a pesar de su clima soleado, se tuviera que luchar todavía contra esta enfermedad. También en los Países Bajos, sobre todo en diversas islas, hay muchos enfermos de los pulmones. Los médicos no se equivocan al afirmar que el clima húmedo contribuye a ello, lo que no quiere decir que todo aquel que viva bajo esas condiciones climáticas tenga que enfermar necesariamente de los pulmones. Hay otros factores que también pueden influir, como una alimentación monótona. Toda persona que conozca las causas que provocan su enfermedad podrá prevenirla mejor, lo que siempre será preferible a tener que curarse después. Quienes no estén enfermos harán bien en seguir los consejos expuestos a continuación, mientras que los menos favorecidos van a mejorar sustancialmente el pronóstico de su enfermedad.
En primer lugar, cabe destacar la importancia de la alimentación, como nos muestra la experiencia adquirida por todo el mundo. Hay regiones, y sorprendentemente incluso en nuestras montañas suizas a las que otras personas acuden en busca de curación, donde la gente enferma de tuberculosis a pesar de la altitud. A modo de ejemplo, conocí al guardián de un refugio alpino, buen esquiador, que había contraído tuberculosis pulmonar a pesar de vivir durante todo el invierno a unos 2000 metros de altitud. La causa hay que buscarla en su alimentación, errónea por monótona, excesivamente rica en proteínas, en alimentos en conserva y desnaturalizados, como la harina blanca y el azúcar. También la mala calidad del aire del refugio contribuyó a ello, debido principalmente a que los muchos esquís allí presentes se enceraban y el refugio no estaba suficientemente ventilado a fin de ahorrar combustible, olvidando que es necesario aportar aire fresco en los aposentos donde se habita.
Es importante disponer de una buena capacidad defensiva e inmunitaria para protegernos convenientemente de las enfermedades de los órganos respiratorios, ya que no siempre podemos evitar que nos pueda afectar algún tipo de infección. Tienen razón los investigadores que afirman que difícilmente podría encontrarse en Europa una persona que no haya padecido alguna vez una pequeña infección tuberculosa que hubiera podido derivar en una verdadera enfermedad. Por lo tanto, el objetivo principal es conseguir una buena inmunidad.
De las experiencias mencionadas se deduce que la mejor manera de protegernos ante una enfermedad es fortaleciendo nuestra salud, lo cual es posible si tomamos en consideración los siguientes factores: a una alimentación natural hay que añadirle mucha luz, aire, sol, movimiento y respiración. Cuanto más naturalmente viva y se alimente una persona, menos se dejará encerrar en espacios estrechos y tanto más empleará su tiempo libre en respirar y moverse al aire libre, con lo que ¡correrá menor riesgo de enfermar! Son reglas de salud que hay que seguir en cualquier circunstancia.