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Antibióticos naturales

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Puesto que los enfermos del hígado, a modo de ejemplo, deben estar especialmente protegidos, es necesario ayudar a su organismo mediante el uso de sustancias naturales de efecto antibiótico. De este modo podremos defender el organismo debilitado.

Esto no solo es de vital importancia en los enfermos de hígado, sino también para los que corren riesgo de contraer tuberculosis, los pacientes de cáncer y de otras muchas enfermedades.

Hace ya varios decenios realicé interesantes experimentos con el rábano rusticano, los berros de agua27, los mastuerzos e incluso con la capuchina28. Pude observar que, con la toma regular de estas plantas, el organismo se hace más resistente y padece menos catarros y otras enfermedades infecciosas. Por cierto, el hecho de que la capuchina puede ser útil también en el ámbito alimentario resultó gracioso para algunas personas. En aquella época todavía no conocíamos los fundamentos científicos de la benéfica acción de estas plantas, lo que sigue sucediendo con otros procedimientos terapéuticos naturales. Uno observa los buenos resultados conseguidos en los pacientes y los aplica en beneficio de estos, aunque no dispongamos aún de los fundamentos científicos que nos lo aclaren. Con no poca satisfacción he encontrado, en la moderna literatura especializada, la confirmación de que observaciones que hice en otros tiempos no eran incorrectas. Aquellas burlas, a propósito de las ensaladas con adición de capuchina, han ido desapareciendo a partir del momento en que la investigación científica ha demostrado taxativamente las virtudes de esta planta, especialmente los trabajos del profesor Winter29, de Colonia (Alemania).

Uno de los fenómenos que observé por aquellos años fue el hecho de que la capuchina destruye también los parásitos animales. Los experimentos realizados con extracto crudo de capuchina en fumigaciones contra pulgones y otros parásitos animales dieron excelentes resultados. Estas observaciones me mostraron que la capuchina contiene una sustancia especialmente activa, confirmada en nuestros días por investigaciones científicas. Además, creo que tanto la capuchina como el berro de agua contienen otras sustancias de efectos aún más intensos que el de los antibióticos que acabamos de mencionar. Quizá sus efectos sobre los parásitos animales se deban a la presencia de estos principios activos más potentes y que todavía no han sido objeto de estudios científicos. Por su parte, el berro de agua produce efectos similares a los de la capuchina; me lo han confirmado muchos años de investigaciones acerca del berro de agua alpino que crece junto a los arroyos de montaña de la región de Engadina. El consumo de berro de agua crudo nos hace prácticamente más inmunes ante catarros y enfermedades infecciosas en general.

Aún más satisfactorias resultaron las experiencias que realicé con una planta no investigada hasta ahora. Se trata de una especie de liquen denominada Usnea. Acostumbraba a comer esta planta con regularidad cuando practicaba esquí, y pude observar que también hacían uso de ella ciervos, corzos y gamuzas; cuando había mucha nieve estos animales consumían toda la que estaba a su alcance. Investigaciones más detenidas han mostrado que esta planta, como otras variedades de líquenes, poseen un elevado contenido en hidratos de carbono, es decir, féculas, por lo que su valor nutritivo no es precisamente escaso; virtud que saben aprovechar también los animales salvajes, con lo que mejoran sus defensas gracias al efecto antibiótico de esta planta. Con frecuencia he podido observar que la Usnea combate rápidamente los catarros. Por ello, nos va a ir bien mascar esta planta en cuanto percibamos los primeros síntomas de catarro, como dolor de garganta y expectoración. Sus efectos son tan rápidos que de regreso de nuestro paseo podremos vernos libres de una incipiente infección catarral. Estas valiosas experiencias me revelaron la necesidad de examinar con más detenimiento esta sencilla planta. Cada vez utilizo más su extracto para la elaboración de caramelos. La experiencia me ha enseñado que la toma regular de este producto reduce sustancialmente la propensión a padecer resfriados y catarros. ¿Por qué razón debemos correr el riesgo de tomar potentes fármacos que cada ventaja que nos aportan va acompañada de dos inconvenientes? Si la naturaleza nos proporciona plantas alimenticias y plantas de montaña de las que podemos extraer sustancias activas beneficiosas para nuestra salud, si las tomamos en proporciones correctas y con arreglo a principios establecidos que jamás pueden perjudicarnos, ¿por qué no vamos a utilizarlas?

¿Por qué exponernos a algún tipo de riesgo? Estos antibióticos naturales no dañan la flora intestinal en modo alguno y su ingestión regular no produce resistencias por parte de los gérmenes patógenos. Resulta muy recomendable para sanos y enfermos, especialmente para los enfermos de cáncer, introducir en sus dietas cotidianas ensaladas elaboradas a base de berros de agua27, mastuerzos y capuchina28, plantas con las que también podemos confeccionar saludables bocadillos. También la sal marina A.Vogel con plantas aromáticas y hortalizas frescas para condimentar contiene estas plantas, por lo que su uso resulta muy recomendable; con ella podemos condimentar bocadillos, ensaladas, verduras y sopas. Solo hay que evitar su cocción, pues afectaría negativamente a las sustancias vitales que contiene. A la ensalada de zanahoria haremos bien en añadirle siempre un poco de rábano rusticano finamente rallado, con lo que no solo nos resultará más aromática, sino que también estará enriquecida. Si nos acostumbramos a consumir los alimentos mencionados nos haremos más resistentes y menos propensos a padecer infecciones. La toma de estas sustancias nutritivas y terapéuticas incluso puede llegar a vencer rápidamente una infección ya declarada. Si una vez recuperada la salud subimos a montañas por encima de los mil metros de altura, no hay que olvidar el mascar la planta barba de capuchino (Usnea barbata) durante nuestras excursiones alpinas.

Otra planta con un gran poder terapéutico es la petasita o sombrerera (Petasites officinalis)20 de especial importancia para los enfermos de cáncer. En cambio, su uso como condimento no resulta apropiado, pues su acción es demasiado intensa. Se trata de una planta poco corriente que crece preferentemente a lo largo de las riberas de arroyos de algunos valles montañosos. La manera más apropiada de aprovecharnos de sus virtudes es tomando los preparados que se elaboran con ella.

El pequeño doctor

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