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Resfriados de entretiempo
ОглавлениеEs corriente oír quejas sobre los frecuentes y molestos resfriados por enfriamiento que suelen acontecer en las épocas de entretiempo. Sin embargo, no solemos tener en cuenta que está en nuestras manos evitar este inconveniente. Con frecuencia son las mujeres quienes más padecen estos enfriamientos, pues les cuesta más renunciar a las exigencias de la moda y cambiar, por ejemplo, sus elegantes y finas medias por otras más gruesas de lana. Lo más oportuno sería arrinconar la elegancia de la moda en favor de una vestimenta más caliente y aplazar el deseo de sentirse elegante hasta la vuelta del buen tiempo. El periodo de entretiempo es una etapa peligrosa, ya que el organismo todavía está acostumbrado al calor veraniego y no al advenimiento de temperaturas más bajas. Al emplear ropa de abrigo conseguiremos un mejor equilibrio térmico. Es importante, sobre todo, mantener los pies calientes echando mano de calcetines, medias de lana y un buen calzado adecuado. La experiencia nos enseña que la base de un sano bienestar se halla en tener los pies calientes y la cabeza fría, pues si nuestros pies están calientes será difícil que nos resfriemos, ya que actúan como una especie de termómetro de todo el organismo. Las personas de vida y trabajo sedentarios son mucho más propensos a padecer de pies fríos que aquellas a quienes su profesión las obliga a moverse mucho. Si, además, se padece una mala circulación sanguínea congénita, la sensibilidad al frío será doblemente intensa. Ninguna habitación, por más caldeada que esté, les parecerá suficientemente caliente a estas personas, situación que empeora si no hay posibilidad de moverse. Solo un calzado adecuado y unos calcetines bien calientes podrán ayudar a mantener los pies a una temperatura aceptable. Tan pronto salgamos de una habitación sobrecalentada y nos expongamos al gélido aire del exterior o a la húmeda atmósfera otoñal se producirá en nuestro organismo una fuerte reacción acompañada de un debilitamiento de las mucosas, lo que facilitará el desarrollo de los gérmenes causantes de las llamadas enfermedades por enfriamiento. Las consecuencias de estos enfriamientos son resfriados, catarros, inflamaciones, neumonías y otras afecciones semejantes. La mejor manera de conseguir el calor que necesita nuestro cuerpo no es sobrecalentando las habitaciones, sino usando ropas de abrigo, poder movernos lo necesario y combatir una circulación sanguínea insuficiente. Si logramos acostumbrarnos al frío correremos un menor riesgo de padecer enfriamientos.
Nada tiene de sorprendente que la época de entretiempo requiera más precauciones que el invierno propiamente dicho, pues nuestro organismo se enfría mucho más fácilmente cuando todavía está expuesto al calor veraniego de los días soleados de otoño. No es conveniente, pues, emprender nuestro trabajo sedentario de la mañana sin antes habernos movido lo suficiente. El trabajo físico necesario para arreglar nuestro dormitorio nos ofrece una excelente oportunidad para entrar poco a poco en calor. No hay que conformarse con coger el transporte público que nos deje en el lugar de trabajo; es preferible hacer a pie, siempre que nos sea posible, ese recorrido cotidiano. Una buena caminata nos ayudará a entrar en calor. Aquellas personas que vivan en zonas con nieve abundante pueden gozar diariamente, al aire fresco de la mañana, del placer de quitar la nieve a paletadas. Una buena ración de movimiento y de respiraciones hondas es reanimante y es una buena garantía de que la circulación sanguínea será óptima. Después de esto, nos encontraremos muy a gusto en una habitación caldeada, y el trabajo intelectual irá sobre ruedas. Quienes, por escasez o carencia total de nieve, no puedan permitirse este placer siempre podrán procurarse un buen calor natural con sesiones matutinas de ejercicio físico y gimnasia respiratoria profunda junto con un cepillado de la piel. Las espiraciones profundas favorecen la salida de gases de nuestro organismo, lo que mejora la oxigenación del cuerpo y reduce las posibilidades de resfriarse. Las personas propensas a padecer resfriados harán bien en procurarse una alimentación rica en calcio, pues la escasez de este elemento favorece la aparición de resfriados. Por lo tanto, al llegar la etapa de entretiempo es aconsejable tomar un preparado biológico de calcio. También habrá que favorecer la circulación venosa para mejorar la circulación sanguínea en general. Si prestamos atención a todos estos consejos tendremos una mejor resistencia frente a las enfermedades por enfriamiento.