Читать книгу El pequeño doctor - Alfred Vogel - Страница 117
Medidas eficaces contra la amigdalitis
ОглавлениеOtros medicamentos naturales han mostrado su eficacia terapéutica en estos casos. Ante todo, es necesario administrar tempranamente Lachesis D10, del que tomaremos, por regla general, cinco gotas tres veces al día disueltas en un poco de agua caliente. A su vez, pincelaremos con regularidad (de dos a tres veces al día) la garganta con ácido láctico natural del 15% al 20%. Para ello, emplearemos un fino pincel mojándolo en un concentrado de suero láctico sin diluir. Si lo hacemos apenas hayamos notado las primeras molestias, es posible que podamos erradicar totalmente una amigdalitis incipiente. Además, podemos aumentar nuestras defensas tomando extractos de equinácea recién recolectada, ya que contiene una sustancia natural que activa la respuesta inmunitaria del organismo y ejerce un efecto antiinflamatorio. Si los bronquios también se ven afectados, convendrá añadir unas gotas de imperatoria.
El uso de procedimientos de aplicación externa nos ayudará también a combatir esta enfermedad. Las cataplasmas de hojas de col van bien, pero aún tienen un efecto más intenso las de rábano rusticano (muy picante) rallado, junto con la adición de requesón. El uso de requesón o de zanahoria rallada junto con el rábano rusticano suaviza el efecto de este último y evita que su acción irritante sea demasiado intensa. Para conseguir el efecto deseado, basta mezclar una tercera parte de rábano rusticano con dos terceras partes de requesón o de zanahoria rallada.
Para deshacernos de los últimos restos de toxinas, es necesario seguir un tratamiento posterior a base de gotas para los riñones junto con gotas para el hígado. También los baños sudoríficos (de vapor) contribuyen a una rápida eliminación de las toxinas. Mientras dure el tratamiento cuidaremos de que nuestra dieta sea pobre en proteínas y rica en sustancias vitales. Vale la pena realizar un tratamiento a fondo de las amigdalitis, sin ahorrar esfuerzo y dedicación, para evitar la aparición de posibles secuelas que, como sabemos, a veces pueden ocasionar daños irreparables.