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CONTRAINDICACIONES PARA LA PRUEBA DE ESFUERZO

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En ciertos individuos los riesgos de la prueba de esfuerzo sobrepasan los beneficios potenciales. En estos pacientes es importante evaluar cuidadosamente riesgos frente a beneficios cuando se decida si se debe realizar la prueba de esfuerzo. El cuadro 3.5 destaca las contraindicaciones absolutas y relativas para la prueba de esfuerzo (7). Practicar la evaluación previa a la fuerza de esfuerzo y la cuidadosa revisión de la anamnesis previa, como se describió antes en este capítulo, ayuda a identificar contraindicaciones potenciales y aumenta la seguridad de la prueba de esfuerzo. Los pacientes con contraindicaciones absolutas no deben realizar pruebas de esfuerzo hasta que tales procesos estén estabilizados o tratados adecuadamente. Los pacientes con contraindicaciones relativas podrán ser sometidos a la prueba sólo después de una cuidadosa evaluación de la relación entre riesgos y beneficios. Sin embargo, se debe subrayar que las contraindicaciones podrían no aplicarse a ciertas situaciones clínicas específicas, como después de un infarto de miocardio agudo, de técnicas de revascularización, o cirugía de derivación o para determinar la necesidad o ventajas de la farmacoterapia. Por último, existen procesos que afectan a la obtención de una información ECG diagnóstica fiable de las pruebas de esfuerzo (p. ej., bloqueo de rama, tratamiento digitálico). La prueba de esfuerzo tal vez aporte incluso así información útil sobre la capacidad de ejercicio, las arritmias y las respuestas hemodinámicas al ejercicio. En estas afecciones se pueden sumar otras técnicas evaluadoras, como análisis del intercambio de gases respiratorios, ecocardiografía o gammagrafía, a la prueba de esfuerzo para mejorar la sensibilidad, especificidad y las habilidades diagnósticas.

En los servicios de urgencias se puede realizar una prueba de esfuerzo a pacientes con riesgo bajo que presenten dolor torácico (de 4 a 8 horas) para descartar un infarto de miocardio (4, 7). Por lo general, estos pacientes abarcan a los que ya no son sintomáticos y cuyos ECG son irrelevantes y no presentan cambios en las enzimas cardíacas seriadas. Sin embargo, la prueba de esfuerzo de esta sección se debe practicar sólo como parte de un protocolo cuidadosamente elaborado para el tratamiento de pacientes y sólo después de haberlos sometido a un examen discriminatorio de rasgos de alto riesgo y otros indicadores para el ingreso hospitalario. La tabla 3.5 es una rápida fuente de información sobre el curso temporal de los cambios de los marcadores séricos bioquímicos cardíacos para la necrosis o el daño miocárdicos (1).

Manual ACSM para la valoración y prescripción del ejercicio

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