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DEJA QUE TU BANDERA DE BICHO RARO (ENLOQUECIDO) “FLUYA”
ОглавлениеLa gente enojada vive en cuerpos enojados.
Bessel van der Kolk
Las investigaciones demuestran que las personas en duelo que evitan el dolor y se esfuerzan por reprimir las emociones son las que tardan más en recuperarse de la pérdida.16 Cuando intentas reprimir tu ira, el estrés se dispara.
La ira se puede dividir en dos componentes principales: el emocional (cómo se siente en el cuerpo) y el conductual (cómo se expresa).17 Nuestro objetivo es expresar la ira de una manera saludable, sin agresión (hiriente o acciones dañinas) y sin reprimirla.
Lo opuesto a la represión es la expresión. Tenemos que procesar la energía emocional que está atrapada en tu cuerpo. Recuerda, el camino a seguir es pasar a través de ella.
Ver rojo
Para ayudar a las participantes de Renew a trabajar a través de la ira desde un enfoque energético, la doctora especializada en medicina naturista y coach holística Erica Matluck dirige una de las primeras sesiones físicas del campo de entrenamiento. Ella explica cómo la ira tiene sus raíces en el chakra del plexo solar, que se correlaciona anatómicamente con el abdomen. Los chakras son centros de energía que, cuando se bloquean, pueden desencadenar desequilibrios físicos, emocionales y mentales. En lugar de dejar que la energía de la ira se acumule y resulte en una explosión volcánica, les enseña a las mujeres a utilizar una combinación de intención e imaginación para desactivarla. Enseguida te muestro cómo.
EJERCICIO 1: Transmutar tu ira
Párate erguida con los pies firmes en el suelo, separados a la altura de tus hombros. Cierra tus ojos.
Asigna a tu ira el color rojo.
Dirige tu atención a tu plexo solar (el área alrededor de tu ombligo).
Visualiza el color rojo en esta área y siéntelo en verdad. Presta atención a las sensaciones. Observa la temperatura y cómo se mueven las sensaciones con tu respiración.
A continuación, identifica una palabra que sea necesaria para sanar el enojo (“perdón”, “aceptación”, “compasión”, etcétera) y asigna un color a esa palabra (el azul funciona bien para la mayoría de las personas).
Imagina que ese color se vierte en tu cuerpo a través de tu abdomen y deja que inunde todo tu cuerpo y el área alrededor de él. Observa cómo cambia el color de tu ira y elimínala por completo hasta que te encuentres inmersa en el segundo color.
Respira profundamente unas cuantas veces y repite el ejercicio tres veces.
¡Postura de la plancha!
En el segundo ejercicio, la doctora Matluck enfatiza la importancia de mover la energía de la emoción a través del cuerpo. La energía debe fluir porque, cuando no lo hace, puede causar disfunciones en el cuerpo. Ella sugiere que existe una fuerte relación entre sanar la ira y confrontar las creencias limitantes: “El fuego es el elemento asociado con este chakra, y al crear calor en el cuerpo mientras enfrentamos las limitaciones impuestas por la mente, podemos usar la energía del fuego para transformar la ira que se ha almacenado en el cuerpo”.
Para demostrarlo, guía a las mujeres a través de un ejercicio en el que establecen un cronómetro y mantienen la postura de la plancha durante todo el tiempo que puedan. Cuando no logran sostenerla, miran el temporizador para darse cuenta de dónde está su límite. A continuación, aconseja a las mujeres que agreguen treinta segundos a su tiempo anterior y la repitan. Solemos escuchar quejas mientras lo intentan de nuevo a regañadientes.
“Observa el impulso de darte por vencida y permite que el calor que estás creando derrita tu ira —la doctora Matluck alienta a las mujeres, mientras camina entre ellas—, quemando salvia como una forma de limpiar el espacio.”
Cuando nota que algunas mujeres luchan por mantener su posición, les aconseja que vuelvan a concentrarse en la respiración, lenta y profunda, y que sigan luchando para llegar más allá de su límite. Cuando terminaron con la segunda postura, casi todas pudieron sostener su plancha por más tiempo que la primera vez, una hazaña pequeña, pero significativa, para superar ese límite que habían asumido.
EJERCICIO 2: ¿Lista para las planchas?
Adopta la postura de la plancha. Tienes la opción de sostener la parte superior del cuerpo con las manos o los antebrazos.
Pon un cronómetro y mantén la postura todo el tiempo que puedas.
Cuando hayas terminado con tu primera plancha, anota el tiempo que pudiste mantener la posición: esto es lo que crees que es tu límite.
Descansa unos minutos.
Configura tu temporizador: agrega treinta segundos a tu tiempo anterior y repite la postura. No olvides realizar una respiración profunda.
Imagina que tu ira se desvanece. Si te ayuda, utiliza la visualización del primer ejercicio: imagina tu ira en un color rojo y observa cómo se funde o desvanece.
¡Intenta mantener la postura, incluso después de que se acabe el tiempo!
EJERCICIO 3: ¡En sus marcas, listas, a escribir!
El último ejercicio es reflexionar por medio de un diario. Al escribir sobre cómo nos sentimos y dónde lo sentimos, damos significado a lo que está sucediendo. Éste es un buen momento para probar el “libre fluir de la conciencia”. Configura un temporizador de quince minutos y asegúrate de apagar tu teléfono y eliminar otras distracciones para evitar que te interrumpan. Escucha alguna canción inspiradora y repítela para “fluir”. En Renew, oímos la Suite para violonchelo número. 1 de Johann Sebastian Bach para este ejercicio de escritura. ¡Aborda un tema de escritura y listo! Aquí hay algunos ejemplos:
¿Cuáles son mis áreas más profundas de dolor y frustración?
¿Qué está tratando de decirme mi cuerpo?
¿Qué puedo aprender?
Intenta no filtrar ni juzgar tus pensamientos; sólo mantén el bolígrafo en funcionamiento. Cuando haces un ejercicio de fluidez como éste, partes de tu inconsciente comienzan a salir a flote; es como si vaciaras lo que has almacenado y se ha quedado atascado en tu mente. El acto de escribir es terapéutico en sí mismo y puede disminuir la reactividad fisiológica.