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EL CORAZÓN ROTO EN EL CEREBRO

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Comprender lo que sucede en el cerebro durante una ruptura es un elemento clave para superarlo. Es natural sentir una montaña rusa de emociones después de una ruptura. La misma avalancha de sustancias químicas que te hace sentir feliz en la lujuria, durante las etapas iniciales del amor, también te hace sufrir cuando éste termina.

Durante la primera etapa de las citas, estos químicos están diseñados para hacer que tú y tu pareja procreen. La euforia, los pensamientos constantes sobre tu nuevo ser amado y las sensaciones de mariposas en el estómago son el resultado del sistema de motivación: el impulso de apareamiento que es parte del sistema de recompensa en el cerebro. Examinaremos en detalle las sustancias químicas presentes durante la fase de lujuria en capítulos posteriores, pero lo que es importante notar ahora es que, durante una ruptura, tu cerebro está experimentando exactamente las mismas reacciones químicas, pero al revés.

Las investigaciones han revelado que los solteros con rupturas recientes muestran actividad en la misma parte del cerebro que un consumidor de drogas desesperado por recibir su siguiente dosis.5 El cerebro está literalmente en abstinencia. La parte del cerebro afectada, el área segmentaria ventral, está asociada con la motivación, el comportamiento orientado a objetivos y el sistema de recompensa, responsable de la liberación de dopamina. La dopamina es esa sustancia química que te hace sentir bien y te deja con el deseo de recibir más de cualquier estímulo que te haya dado la recompensa en primer lugar, ya sea cocaína, chocolate o una caricia de tu pareja.6 Los antojos de dopamina te motivan, te animan a que actúes para obtener más de lo que sea que necesitas y, en el caso del romance, esa necesidad es tu ser amado. El cerebro espera que llegue la recompensa (validación de un compañero, devolución del afecto, contacto físico); sin embargo, después de una ruptura, la recompensa se retrasa o no llega. Aunque a nivel cognitivo sabes que la relación ha terminado, las neuronas de tu cerebro que esperan una recompensa no dejan de activarse, manteniéndote inconscientemente “enamorado” y adicto a tu ex para conseguir tu dosis.7

Durante una relación, miles de circuitos neuronales en tu cerebro están dedicados a tu pareja. El psicólogo Phillip Shaver sostiene que, durante la separación, “cada [circuito neuronal] debe ser desarrollado y reconstruido para tener en cuenta la ausencia de la persona”.8 Pienso en esto como si tu cerebro requiriera una remodelación importante.

Tu cerebro está acostumbrado a recibir dosis de dopamina a partir de las interacciones con tu pareja. Después de la pérdida de esa persona, tu cerebro no olvida de manera inmediata la sensación de esa dopamina y necesita aprender a vivir sin ella. Esto lleva tiempo y, cuando estableces contacto, miras mensajes antiguos o te obsesionas con su actividad en las redes sociales, estás activando esos viejos circuitos y conexiones neuronales. Esto sólo prolonga tu apego a tu ex. En un proceso llamado “poda sináptica”, las conexiones neuronales que ya no se utilizan son eliminadas y el cerebro puede entonces concentrarse en hacer otras nuevas.9 Por lo tanto, si dejas de tener contacto, con el tiempo esas vías neuronales comenzarán a debilitarse. ¡Aleluya por la plasticidad del cerebro!

Corazones rotos

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