Читать книгу La voz sola - Ana María Martínez Sagi - Страница 15

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LUZ Y BARRO

Hoy traigo en las pupilas

la dulce claridad de la mañana.

El sol que se adormece en los caminos

está en mi alma.

¿No me veis fulgurar como una estrella?

¿No estoy hecha de luz como una llama?

Tengo el espíritu claro

y casta la mirada.

Hoy toda mi inquietud, mis pensamientos,

son rosas blancas,

y al corazón, pequeño, le han nacido

dos alas.

¿No estoy hecha de luz como una aurora?

¿No me veis limpia y pura como el agua?

Las nubes, las montañas y la luna

son mis hermanas…

No te acerques, pues, hombre. Tú estás hecho

de carne y de deseo. ¡Me das lástima!

El aliento que sale de tu boca

abrasa.

Presiento el apetito vil y torpe

que encubren tus palabras.

Me asquean tus caricias. Cuando besas,

me dejas en los labios una mancha.

En los ojos que jamás miran al cielo

¡no he visto nunca lágrimas!

Tus manos, ardorosas e impacientes,

son garras.

¡No me busques, pues, hombre; no me llames!

Amor no ha de juntar nuestras dos almas.

¡Camina a ras de tierra; pisen polvo

tus plantas!

… … …

Hoy traigo en las pupilas

la dulce claridad de la mañana.

El sol que se adormece en los caminos

está en mi alma…

La voz sola

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