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Plan de campaña.

Castejón cae en poder del Cid

por sorpresa.

Algara contra Alcalá.

Toda la noche emboscados el Cid y los suyos pasan,

que así se lo aconsejó Álvar Fáñez de Minaya.

"Cid Campeador que en buena hora ceñiste la espada,

ya que a Castejón tenemos tendida buena celada,

vos os quedaréis aquí con cien hombres a la zaga

y yo haré una correría con doscientos en vanguardia;

con Dios y con vuestra suerte será la empresa ganada."

Díjole el Campeador: "Muy bien hablaste, Minaya.

Corred la tierra sin miedo, por valor no quede nada. ~

Hasta más abajo de Hita llegad, y a Guadalajara

hasta la misma Alcalá acérquense las vanguardias,

la riqueza de esa tierra que de botín se la traigan

y que por miedo a los moros no vayan a dejar nada.

Y con los otros cien hombres me quedaré aquí a la zaga;

de amparo nos servirá Castejón, por mí guardada.

Si a los que corréis la tierra alguna cosa os pasa

un aviso mandaréis en seguida a retaguardia.

Del socorro que os lleve se ha de hablar en toda España".

Va nombrando a los guerreros que en la correría marchan

y a los otros que se quedan allí con él a la zaga.

Rompen albores del día y se acerca la mañana.

Va saliendo el sol. ¡Dios mío, qué hermoso que despuntaba!

Las gentes de Castejón ya todas se levantaban,

las puertas de la ciudad abren y afuera se marchan,

camino de sus trabajos, de las tierras que labraban.

Todos se van y las puertas abiertas se las dejaban.

Es muy poca aquella gente que en Castejón se quedara

y la que está por los campos anda muy desparramada.

Sale el Cid del escondite que le sirve de emboscada,

sin tropiezo a Castejón entero la vuelta daba.

Moros y moras que encuentra a todos los apresaba

y a los ganados aquellos que por el contorno andan.

Mío Cid Campeador hacia la puerta cabalga:

cuando se ven asaltados los hombres que la guardaban,

mucho miedo que tuvieron, déjanla desamparada.

De la ciudad por las puertas ya el Campeador se entraba.

En la mano Mío Cid desnuda lleva la espada

y a quince mató, de moros que a su paso se encontrara.

A Castejón ha ganado con todo el oro y la plata.

Ya cargados del botín sus caballeros llegaban,

déjanselo a Mío Cid, que no lo aprecian en nada.

Mientras iban los doscientos tres hombres de la vanguardia

corriendo tierras sin miedo y mucho las saqueaban.

Hasta Alcalá se pasea la bandera de Minaya

y desde allí dan la vuelta otra vez con la ganancia

por río Henares arriba y junto a Guadalajara.

De la correría aquella mucho botín se llevaban

tanto ganado de ovejas, tanto ganado de vacas,

tantas ropas de valor, tantas riquezas sin tasa.

Muy orgullosa se yergue la bandera de Minaya

y no hay nadie que se atreva a atacarlos por la espalda.

Con rico botín volvía esa valiente compaña.

Miradlos ya en Castejón donde Mío Cid estaba.

El Campeador guardado deja el castillo y cabalga,

a recibirlos salía, le acompaña su mesnada

y con los brazos abiertos acoge el Cid a Minaya.

"¿Estáis aquí ya, Álvar Fáñez, el de la atrevida lanza?

En vos puse con razón, al mandaros, mi esperanza.

El botín mío y el vuestro júntense, y de la ganancia

os daré la quinta parte, si vos la queréis Minaya."

Cantar de mío Cid (texto completo, con índice activo)

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