Читать книгу El Acontecer. Metafísica - Antonio Gallo Armosino S J - Страница 49
3.2 El ser total universal
ОглавлениеLa unidad y la continuidad de ambos tipos de experiencias (intuitiva física material y especulativa ideal) producen en la conciencia del yo la idea del ser general y universal que la mente busca para situarse en el universo, sin que haya confusión entre las dos esferas de significados: la «ideal irreal» y la «material real». De este modo, el ser se incorpora al discurso y se vuelve palabra: logos, con su potencial humano y sus limitaciones. Podremos así utilizar libremente la palabra ser, sin obviar los niveles de analogía del uso corriente, y las correctas aplicaciones del término en cada caso. Si pienso en el ser general análogo, aplicable a diversas categorías de existentes, o a la «totalidad» en su conjunto, me encuentro en el orden ideal; si al contrario quiero darle el sentido material de la multiplicidad, en su existencia concreta, me sitúo en el orden real.
Figura 22 |
Pero el yo se sintoniza también con todos los casos intermedios a los cuales se refiere un pensamiento y, a la vez, a la experiencia real como a la ideal, con la doble visión que le es propia. De este modo, el yo convive con las experiencias particulares de las dos esferas y constituye los respectivos conceptos individuales en ambos casos. Y además, la generalización de los dos, crea sus propias categorías universales. De este modo podemos hablar de un ser general que abarque todas las cosas (del mundo y de fuera del mundo) en lo real y lo ideal, y de varias clases de seres, según los géneros y las especies que se nos ocurra catalogar. Recorremos así toda la gama de seres, reales, irreales, posibles y hasta imposibles, sin olvidar que nuestra capacidad por estructurar conceptos no tiene límite, aunque estos no posean un contenido inteligible. Esto es lo increíble de nuestro potencial mental: formarse ideas de las cosas en su unicidad particular y generalizar este concepto hacia casos análogos, sean reales o irreales; y además, la posibilidad de elaborar ideas no solo de cosas inexistentes, sino de cosas imposibles y contradictorias, es decir, impensables. Por ejemplo, la facilidad con que podemos pensar que 3+2= 7, aunque esta fórmula no tenga sentido, que «p» puede ser «- p», o que un círculo puede ser triangular. Sabemos que son conceptos que no corresponden a ningún contenido, sin embargo, tenemos la idea clara y precisa de ellos. Aceptarlos no nos crea problemas ni lógicos ni psicológicos. A veces los confundimos con ideas meramente confusas, pero que se aclaran con una reflexión adecuada.
13. 1 Véase Enciclopedia de la ciencia filosófica (1990, p. 15).
14. 2 Véase La monadología (1981, p. 46).
15. 3 Véase Ética demostrada según el orden matemático (Ethica ordine geometrico demonstrata) (1987, p. 88).
16. 4 Véase Tractatus Logico Philosopicus (1933, p. 23).
17. 5 Véase Thus spoke Zarathustra (1983, p. 33).
18. 6 Véase La esencia del nihilismo (1991, p. 84).