Читать книгу Electra - Benito Pérez Galdós - Страница 10

DESPUÉS DEL ESTRENO DE ELECTRA

Оглавление

Y luego llegó una especie de convulsión social que incluso fue calificada de «levantamiento general». En varias provincias españolas se proyectaron homenajes a Galdós, aunque en ninguna de ellas se tenían más noticias de Electra que las aparecidas en los diarios madrileños. Los amigos de Galdós que vivían en provincias, enterados del éxito de su obra, escribieron y hasta algunos enviaron telegramas —que por entonces solían utilizarse solo para comunicar las malas noticias— felicitando a don Benito. Leopoldo Alas, Clarín, le dice en carta:

Figúrese si estaré contento y entusiasmado con el gran éxito, único (subraya Clarín) de Electra. Aquí tampoco se habla de otra cosa. Todos me preguntan si conozco la obra. Si se hace algo general [subrayado], en Oviedo no nos quedaremos atrás. Si nos autorizan el mitin del 11 hablaremos en Campoamor [el teatro de Oviedo] Melquíades Álvarez y yo de Electra… de oídas. Mándeme la obra en cuanto se imprima.

El estreno de Electra produjo además otras reacciones, diríamos, pintorescas: aparecieron en las tiendas y mercados sombreros, caramelos, licores con el nombre de Electra. El restaurante Lhardy, el más famoso y elegante de Madrid, puso el nombre de la obra galdosiana a uno de los platos ofrecidos en el menú de la casa.

A finales del mes de febrero se estrenaría en el Teatro Eslava de Madrid una parodia de Electra con el título de ¡Alerta!, escrita por dos comediógrafos especializados en obras divertidas e intrascendentes, los señores Escacena y Muñoz. La parodia fue autorizada por Galdós. Esa clase de parodias de grandes obras famosas era muy popular en el Madrid de principios de siglo. El procedimiento fue estudiado por don Alonso Zamora Vicente en su «Discurso de Ingreso en la Real Academia Española» (1967). Allí se nos ofrecen curiosos ejemplos de titulación paródica: la ópera Carmen se convirtió en Carmela; La Dolores, de Bretón, en Dolores… de cabeza, la ópera La Bohéme, de Puccini, en La Golfemia.

Sin duda alguna, el clamoroso éxito de Electra en Madrid fue el desencadenante de todo cuanto ocurrió en provincias en relación con este acontecimiento. En la capital de España la obra se representó durante ochenta noches consecutivas en el Teatro Español y veinte noches en el Teatro Novedades, que estaba en la calle de Toledo, un barrio popular que recibió la obra con fervor político. Fue en el Novedades donde parece que por vez primera, al finalizar la representación, se cantó el «Himno de Riego». La costumbre de cantar himnos de intención política se generalizó, añadiendo la música de «La Marsellesa» en los teatros donde había orquesta.

Se imprimió, igualmente en Madrid, una revista titulada Electra, donde colaboró la flor y nata de los escritores que pronto serían los grandes de la llamada generación del 98 y del modernismo. Galdós patrocinó la revista, escribiendo las páginas de presentación.

Electra

Подняться наверх