Читать книгу Pilates y rehabilitación - Beth A. Kaplanek - Страница 7

Оглавление

Prefacio

En 1997, cuando descendíamos de una montaña con mi marido, noté un dolor en la cadera derecha que me impedía continuar. Durante un tiempo, probé los estiramientos, el masaje y los medicamentos sin receta, pero el dolor persistía. Decidí ir a hacerme una radiografía para ver cuál era el problema. Mi médico revisó la radiografía, me miró directamente a los ojos y me dijo: «Necesita una prótesis de cadera.» Casi me desmayo sobre la mesa. ¿Cómo era posible? Era demasiado activa y demasiado joven. Era una profesora de fitness y una enfermera que disfrutaba practicando todo tipo de actividades físicas, incluidos la monta y el salto ecuestre.

Supe que mi vida iba a cambiar junto con mi forma de pensar acerca de lo que es estar en buena forma física. Estaba a punto de perder un trozo de mi esqueleto para reemplazarlo por una articulación mecánica. ¿Significaba eso que debería dejar de hacer aquello que más me gustaba: hacer ejercicio y enseñar?

En 1999, me diagnosticaron deslizamiento de la epífisis de la cabeza femoral bilateral, un trastorno de la infancia que puede manifestarse como artritis durante la edad adulta. Así pues, en agosto de 2001 me reemplazaron la cadera derecha. Mi médico me explicó que, debido a mi enfermedad, con el tiempo podría necesitar también una prótesis para la cadera izquierda. Me di cuenta de que encontrar una tabla de ejercicios que me ayudara a mantener la forma física sin dañar mis articulaciones sería una parte integral de mi constante rehabilitación y de mis futuras prácticas de ejercicio físico.

El ejercicio es importante por muchas razones saludables. Para las personas que llevan una prótesis articular, sólo los ejercicios de bajo impacto se consideran seguros y ayudan a mantener la integridad de los materiales de reemplazo (Klein et al., 2007).

En junio de 2003, comencé a estudiar Pilates, una serie de ejercicios y movimientos globales que ponían un énfasis especial en la musculatura del centro o core. Todos los movimientos mejoran la fuerza, la estabilidad y aumentan el rango de movimiento de las articulaciones. Dado que disfrutaba muchísimo de mis ejercicios de Pilates y que estaba obteniendo unos resultados muy positivos, decidí conseguir el certificado de monitor. Cuando fui a ver a mi cirujano para una visita de control de las caderas, me preguntó qué había estado haciendo. Le expliqué que había estado practicando Pilates y dando clases de Pilates en esterilla. Me dijo que fuera lo que fuese que estaba haciendo debía continuar con ello, ya que la cadera reemplazada tenía un aspecto estupendo y la cadera izquierda no había empeorado, de hecho parecía haber mejorado. Estaba tan impresionado con la recuperación y los resultados que me preguntó si podría preparar un programa de Pilates para una publicación, y mostrar esta forma de rehabilitación para personas con prótesis de cadera y rodilla.

En junio de 2004, conseguí el certificado de monitor de Pilates, y en 2008 había completado un segundo programa para convertirme en profesional de Pilates para rehabilitación. He tenido la oportunidad de trabajar con distintas personas con prótesis y síndromes articulares, y he sido testigo de su incuestionable mejoría. Cuando se practica siguiendo unas directrices y principios claros, el Pilates constituye una forma de ejercicio muy efectiva para mejorar el rango de movimiento y la flexibilidad de las articulaciones, el control del centro o core, la resistencia y la elasticidad. También proporciona un estado general de bienestar para cuerpo y mente. Es fácil modificar los ejercicios haciendo los movimientos más amplios o reducidos y cambiar el sentido para atender las necesidades individuales de cada cliente. Estos ejercicios no sobrecargan las articulaciones ni los ligamentos, pero trabajan para fortalecer los músculos a su alrededor, que es la clave para reducir la carga en los síndromes o reemplazos articulares.

Para saber más acerca de por qué el Pilates es una valiosa forma de fitness para personas con síndromes de cadera y rodilla, debemos tener en cuenta la siguiente información de prevalencia de base. La artrosis de cadera y rodilla es responsable de casi un millón de visitas a la consulta de un cirujano ortopédico cada año, y es uno de los principales síndromes que llevan a una intervención de reemplazo de la articulación. De forma similar, los dolores articulares (artralgias) y los musculares, tendinosos y de bursas (mialgias, tendinitis y bursitis) con frecuencia precisan tratamiento médico prescrito específicamente. Con frecuencia, estas molestias y dolores se relacionan con síndromes de sobrecarga y pueden tratarse de forma satisfactoria sin intervención quirúrgica, con una corta tanda de agentes antiinflamatorios tópicos u orales y con fisioterapia. Para estos pacientes es importante mantener el estiramiento y la fuerza obtenidos en la fisioterapia en un programa realizado en casa una vez que el tratamiento médico termina. El Pilates ofrece una vía para mantener la funcionalidad de cadera y rodilla en forma de ejercicios de fuerza de bajo impacto, que son fácilmente adaptables a los síndromes específicos que pueden afectar a la rodilla o la cadera, y que pueden incorporarse en un programa de ejercicios para realizar en casa.

El número total de reemplazos de rodilla y cadera (artroplastias) realizados en Estados Unidos cada año está creciendo a un ritmo constante, mientras que la media de edad de los candidatos a la cirugía disminuye (Levine, Jaffe y Kaplanek, 2009). En Estados Unidos, de 1990 a 2002, el número de artroplastias totales de cadera primarias aumentó un 50% para 100.000 personas (se realizaron 193.000), y el número de artroplastias totales de rodilla se triplicó (se realizaron 381.000; Levine et al., 2007; Kurtz et al., 2005; Levine, Jaffe y Kaplanek, 2009). Se prevé que hacia el año 2030 el número de reemplazos totales de cadera y rodilla supere los cuatro millones (Kurtz, Ong, Lau et al., 2007), y se calcula que los costes hospitalarios asociados con estas intervenciones superarán los 65.000 millones de dólares (Kurtz, Ong, Schmier et al., 2007).

Con la llegada del reemplazo articular total mínimamente invasivo, se ha desarrollado un gran interés por protocolos de rápida rehabilitación y por una fisioterapia ambulatoria de instauración precoz. Una notificación actual ha mostrado los beneficios precoces de una rápida rehabilitación tras una artroplastia total de cadera mínimamente invasiva (Levine et al., 2007; Berger et al., 2004; Levine, Jaffe y Kaplanek, 2009). Además, usando programas de ejercicios específicos, tanto preoperatorios como postoperatorios, se pueden mejorar las adaptaciones a la marcha asociadas con las artrosis y artroplastias de cadera y rodilla (Levine, Jaffe y Kaplanek, 2009; Brosseau et al., 2003; Pilot et al., 2006). Los reemplazos articulares están aumentando, especialmente porque las personas quieren mantenerse activas y conservar un buen rango de movimiento de sus articulaciones sin sentir molestias. Las indicaciones para una artroplastia articular total se han ido ampliando para abarcar a pacientes más jóvenes y activos, que, a cambio, piden una reincorporación más rápida y completa a la funcionalidad en comparación con los candidatos tradicionales para una artroplastia articular total (Levine et al., 2007; Levine, Jaffe y Kaplanek, 2009). Una encuesta realizada a los miembros de la Hip Society and the American Association of Hip and Knee Surgeons (AAHKS) puso de manifiesto que el Pilates se valora como una actividad deportiva en la que los pacientes pueden participar después de una artroplastia total de cadera (el 58% la permiten sin experiencia previa, y un 24% adicional la recomiendan si el paciente tiene experiencia; Klein et al., 2007).

En una notificación preliminar de las notas de consulta del Dr. William L. Jaffe, cirujano ortopédico y cirujano reconstructivo para adultos del New York University Hospital for Joint Disease, 38 pacientes indicaron haber practicado Pilates para su rehabilitación tras artroplastia total de cadera o rodilla. Había 22 pacientes con artroplastias totales de cadera, con una media de edad de 46,2 años, y 17 sujetos con artroplastias totales de rodilla, con una media de edad de 55,4 años. Un año después de la intervención, una revisión de listas de pacientes y llamadas de seguimiento mostró que 25 pacientes estaban extremadamente satisfechos y 13 pacientes estaban satisfechos con la práctica de Pilates para la rehabilitación y los resultados obtenidos. No hubo ningún paciente que valorara su experiencia o los resultados como «algo satisfactoria» o «no satisfactoria» (Levine, Jaffe y Kaplanek, 2009).

Un programa postoperatorio de fisioterapia para artroplastia de cadera o rodilla oscila entre 6 y12 semanas, dependiendo de las necesidades individuales. El Pilates es una forma adecuada de fitness que puede incorporarse a los programas de ejercicios preoperatorios y postoperatorios, y mantenerse como un programa para realizar en casa. Las ventajas expuestas de practicar Pilates incluyen mejorar la función preoperatoria, de modo que se desarrolla una vía para volver a los ejercicios ambulatorios y proporcionar una aproximación corporal total a la rehabilitación (Levine, Jaffe y Kaplanek, 2009).

Pilates y rehabilitación

Подняться наверх