Читать книгу La Voz - Carlos E. Baz Garfias - Страница 28
Un Sueño Echo Realidad
ОглавлениеDespués de ver el partido de futbol de la liga mexicana por televisión decidí tomar una siesta. Había llegado tarde a casa; Lupita cumplido años y sus padres le organizaron una fiesta que termino un poco tarde. Normalmente los domingo no salía de casa. Por la mañana era el encargado de ir al mercado para comprar tortillas, después a la panadería para el desayuno pero antes de llegar tenia que pasar por el puesto de periódicos. Realmente los domingos no me daban ganas de salir aunque a veces lo hacia, era muy raro, aunque la novia me hablara siempre le daba pretextos. Acomode mis almohadas y recargue mi cabeza en una de ellas, cerré los ojos. No se cuanto tiempo llevaba durmiendo pero desperté por un ruido en mi cuarto . Tenia las cobijas encima de mi así que no podía ver si alguien abría entrado al cuarto, espere, pero no escuche algunos de mis hermanos o a mi madre. Volví a cerrar los ojos todavía tenia sueño. En ese momento sentí movimientos extraños. Levante las cobijas para ver quien estaba molestando mi sueño. Entraba bastante luz, así que todavía era temprano. Ahí estaban en el techo, en las paredes, me veían, me observaban - grite - cerré los ojos. - estoy dormido todavía - pensé - estoy soñado - Abrí los ojos nuevamente, pero no, ahí estaban, eran cientos de caras, unas horribles, unas mas grandes que las otras. Volví a gritar, estaba espantado. Tenia miedo. Mi madre entro al cuarto - porque gritas - me pregunto. Yo seguía gritando como loco. Eran horribles, todas me veían y se movían a la vez. Mi mama me volvió a preguntar que me pasaba, me agarrón con las dos manos.
Algunos de mis hermanos ya estaba en el cuarto también mirando la escena de miedo que tenia. Me calme después de que las imágenes se fueron. Le comente a mi madre lo que vi. No me creyó pero al ver mi rostro se preocupo. Mas tarde ella me pregunto si estaba consumiendo drogas, mi respuesta fue que no. Que lo que había visto era real, estaba despierto, no fue un sueño, menos por las drogas. Al otro día mi madre me despertó mas temprano de lo debido, me dijo que no iba ir a la escuela ya que me iba a llevar con el medico. El psicólogo no creyó mi historia, enviándome a casa con una receta de inyecciones para quitarme el mal. Las imágenes de caras regresaron a mi vida después de muchos años. A veces regresan como la primera vez que las vi y otras veces en forma de visión al cerrar los ojos...