Читать книгу ¿Por qué el diablo se convirtió en diablo? - Celina Plasencia - Страница 13

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A la mañana siguiente, estábamos todos en casa, protegiéndonos de ese frío que se colaba entre las ranuras del techo y de la puerta o la ventana de la casa, harían unos seis o siete grados centígrados.

Al frío se sumaban esos hilos de viento que no podían pasar a sus anchas y generaba una música particular de silbidos, típicos del viento cuando cruza entre espacios muy pequeños y choca con los objetos, haciendo que la casa se mantuviera en esas temperaturas, a pesar del fuego de la hoguera que ardía desde la noche anterior.

Yo sentía que algo más pasaba. Había señales por todas partes.

Mi padre, que siempre se levantaba antes del amanecer a atender su trabajo fuera de casa, aún estaba allí, y eran casi las siete de la mañana.

Se encontraba sentado al pie de su cama, muy cerca de mi madre, que permanecía acostada.

Que no se hubiera levantado a esa hora era inusual, porque ella, para cuando amanecía cada día, ya habría horneado algo y estaría haciendo el desayuno para todos, pero no había ni olor ni movimiento alguno en la cocina de nuestra casa.

Era extraño, pensé, ellos madrugan a diario y suelen salir de casa muy temprano, las tareas de campo lo exigen así.

¿Por qué el diablo se convirtió en diablo?

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